Esta es una mala noticia para la cadena de hamburguesas de comida rápida. Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, el sector ganadero produce más gases relacionados con efecto invernadero, concretamente un 18% más de CO2, que el sector del transporte. Estos gases son los responsables del calentamiento del planeta, de la degradación de las tierras, la contaminación atmosférica y la pérdida de la biodiversidad.
Poco a poco, el mundo es más consciente de que el consumo de carne de ternera es terrible para el medioambiente, y McDonald’s ha decidido tomar cartas en el asunto. Big Mac y Quarter Pounder, sus proveedores de ternera, están intentando reducir la huella de carbono cambiando la forma en la que se produce su carne. Su objetivo es evitar antes del 2030 que se emitan 165 millones de toneladas de emisiones de estos gases a la atmósfera. Sería, para hacerse una idea, el equivalente a retirar 32 milones de automóviles de las carreteras durante un año.