El (doble) placer de comer con música
La Universidad de Cornell decidió dedicar un rato a estudiar la relación entre la música y la digestión.
El (doble) placer de comer con música
El ambiente (y, por lo tanto, los sonidos) influyen directamente en nuestras emociones y nuestra digestión.
El (doble) placer de comer con música
El ánimo se relaciona con la cantidad de saliva producida, de ácidos en el estómago e incluso con la presión sanguínea.
El (doble) placer de comer con música
Por este motivo, nuestra digestión será diferente en función del ambiente en el que nos encontremos, y la música puede jugar un papel importante en ello.
El (doble) placer de comer con música
El estudio aseguraba que comer con música relajante nos hace ingerir una media de 175 calorías menos, mientras que si lo hacemos con música estresante podríamos aumentar esta cantidad en un quinto.
El (doble) placer de comer con música
Por lo tanto, lo mejor es comer en un ambiente relajado, atendiendo también a otras cuestiones ambientales como la luz, para tener una mejor digestión.
El (doble) placer de comer con música
Y, sobre todo, no olvidéis la música tranquila. Dicen nuestros colegas de Cornell que vuestro estómago lo agradecerá.
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