Queso y vino, una pareja perfecta
El Centro de ciencias del gusto y la alimentación, en Dijon, ha realizado un estudio para ver por qué “se llevan tan bien” el queso y el vino.
Queso y vino, una pareja perfecta
La investigación reunió a 31 consumidores de estos dos productos, probando cuatro vinos (dos blancos y dos tintos) en dos sesiones: la primera sin queso y la segunda con queso de por medio.
Queso y vino, una pareja perfecta
Se trataba del mismo vino. La diferencia fue que, una vez terminada la segunda sesión, el vino les sabía mejor que en la primera “ronda”.
Queso y vino, una pareja perfecta
Los consumidores aseguraron que, aunque la primera vez el vino les supo bien, en la segunda se incrementó el aroma y los matices afrutados ganaron fuerza, lo que se tradujo en un mejor sabor.
Queso y vino, una pareja perfecta
Con el tinto fueron más específicos, notando una menor astringencia (efecto de sequedad en la boca) y un sabor mucho más afrutado.
Queso y vino, una pareja perfecta
El queso, según determinaron los científicos, también ayuda a ralentizar la actividad cerebral relacionada con el “disgusto”.
Queso y vino, una pareja perfecta
Para resumir, en palabras de la directora del estudio: “cuando comemos un plato de queso, el vino seguramente tendrá mejor sabor, sin importar el que elijas”.