La primavera la sangre altera y pone sobre la mesa la gama más bonita de colores que nos podamos imaginar cuando nos adentramos en la cocina. Por eso hoy hemos sucumbido al poder del verde, la intensidad del morado y la delicadeza del amarillo. ¿Se te ocurre qué podemos hacer con ellos? Una ensalada fresca y fría.
Ingredientes:
- 200g de lombarda.
- ½ cebolla.
- Un puñado de sésamo.
- 1 pechuga de pollo.
- 3 cabezas de brócoli.
- Aceite de oliva.
- Sal.
- 2 cucharadas de miel.
- 2 cucharadas de mostaza.
Preparación:
En una olla con agua ponemos a cocer la lombarda, con una pizca de sal, y la dejamos hacer hasta que su textura sea la adecuada para cada paladar. Una vez tengamos el punto de cocción deseado, la retiramos del fuego, escurrimos y reservamos.
Limpiamos la pechuga de pollo y la troceamos en dados, pasándolos después por sal, para freírlos en una sartén con un chorrito de aceite. Cuando tengamos toda la pechuga pasada por la plancha, retiramos la sartén del fuego y, una vez más, reservamos.
Preparamos la salsa antes de emplatar la ensalada, ya el último paso de la receta: en un pequeño bol ponemos las dos cucharadas de miel, las dos de mostaza y un chorrito de aceite. Removemos durante unos segundos sin descansar y dejamos reposar.
En una ensaladera, ponemos una base de lombarda, otra de brócoli desmenuzado, añadimos el pollo frito, el puñado de sésamo, una pizca de sal y un chorrito de aceite, la cebolla picada y rociamos la ensalada fría con la salsa agridulce de mostaza y miel que hemos preparado.