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Las naranjas, una de las frutas más populares y refrescantes del mundo, no siempre tuvo esa tonalidad brillante y vibrante. En sus orígenes, brotaron de manera distinta. Te explicamos más acerca de este interesante dato que quizás no sabías, así como si llegó antes el color naranja o la fruta.
Según explica History Facts, las naranjas germinaron por primera vez en el Himalaya hace unos 8 millones de años; para después extenderse por la India y China. Sin embargo, en aquel momento las naranjas tenían otro aspecto y color como el amarillo, pareciéndose más a los limones o a los pomelos. Y es que, tal y como señala el texto histórico, ‘todas las naranjas, limones, limas y pomelos que comemos hoy en día son descendientes de sólo un puñado de especies antiguas, a saber, cidras, pomelos y mandarinas, todas ellas nativas del sur y el este de Asia’. De hecho, a día de hoy, las naranjas pueden seguir encontrándose verdes en zonas cálidas, ya que éstas tan solo se vuelven naranjas de manera natural al exponerse al frío. En este sentido, si se vuelven naranjas es porque han sido alteradas o tratadas para que adquieran ese tono anaranjado.
Entonces, ¿cómo llegamos a las naranjas que reconocemos hoy? Esta transformación fue el resultado de una extensa cría selectiva a lo largo de miles de años, que estandarizó su aspecto y mejoró su sabor, pasando de posiblemente amargo a dulce. Según History Facts, en torno al siglo XVI comenzó un periodo de ‘cultivo intensivo’ que influyó notablemente en su forma moderna.
Otro dato curioso relacionado con las naranjas lo explica Word Smarts: el nombre de «naranja» se refirió primero a la fruta y luego al color. Su origen se encuentra en la palabra sánscrita nāranga a través de las lenguas persa y árabe, y más tarde a través de la palabra francesa para el cítrico, ‘pomme d’orenge’. No se utilizó como descriptor del color en inglés hasta el siglo XVI, muchos siglos después de que comenzara a desarrollarse el cultivo de naranjas.
