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El guiso flamenco de Pino Saglioco

El promotor musical Pino Sagliocco (Carinaro, 1959) es italiano, pero fuera de España todo el mundo piensa que es español: así de ligada está su biografía personal y profesional a nuestro país, al que llegó por primera vez a finales de los años setenta y donde encontró que todo estaba por hacer en el ámbito de la música en directo. Son ya más de cuarenta años los que lleva desarrollando una creatividad sin límites, ni imaginativos ni geográficos, en los que, si le pedimos que destaque tan sólo tres momentos de su trayectoria, él señala “el disco que le grabé a Camarón de la Isla y Tomatito en el festival de jazz de Montreux, ‘Montreux, 1991’, producido por Quincy Jones; el encuentro entre Freddie Mercury y Monserrat Caballé para cantar ‘Barcelona’ o el Festival Ibiza’92, que fue cuando me ‘convertí’ en un promotor/creador de dimensión mundial. Pero hay muchos más… porque hay trabajos con Michael Jackson, con Frank Sinatra, con los Rolling Stones, o el concierto de Amnistía Internacional en Chile, para celebrar el fin de la dictadura de Pinochet”. Él no lo dice, pero esos conciertos, celebrados los días 12 y 13 de octubre de 1990, contaron con las actuaciones de Sinéad O’Connor, Tracy Chapman, Sting, Peter Gabriel, Jackson Browne, Luz Casal, Los Ronaldos, Rubén Blades, Wynton Marsalis, Inti Illimani, Fernando Saunders, New Kids on the Block y Congreso.

En la actualidad, está involucrado plenamente en un objetivo personal: conseguir que el flamenco sea conocido de forma internacional y masiva, y “sacarlo de los festivales especializados para que tenga por delante un camino dentro de la corriente mainstream, fusionándolo con el rock and roll”. El espectáculo, que lleva presentándose en Madrid desde este pasado mes de diciembre y permanecerá en los cines Callao hasta el próximo 2 de febrero, se titula OCO The Show y cuenta como principales estrellas del cartel con la cantaora Estrella Morente y su tío, el cantaor Antonio Carbonell, además de la bailaora Belén López, además de la estadounidense Chanelle Haynes, que trabaja como corista de directo de los Rolling Stones, uno de cuyos músicos, el saxofonista Tim Ries, también figura en el elenco de 23 músicos que se suben al escenario.

OCO The Show: un espectáculo madrileño

Pino nos explica que OCO nació precisamente en Madrid, “en una cena que organicé, después de la pandemia, cuando me encargué de la gira europea de los Rolling Stones. Quise rendir homenaje a Mick Jagger, Keith Richards y Ronnie Wood y el resto de sus músicos y les sorprendí con una versión flamenca de ‘Paint it Black’, con músicos, cantaores y bailaores flamencos”.

Al comprobar cómo les había gustado a los Stones esa interpretación, a Pino se le encendió la bombillita y pensó que se podía abrir “un camino flamenco para el rock”. Poco después se iba a celebrar en Nueva York la gala de los premios MTV y Pino consiguió que le dejaran organizar la gala previa. “Decidí celebrarla en una de las iglesias más bonitas de Nueva York, la de St. James, y organicé una fiesta alrededor de esta fusión de flamenco y rock, en la que conté con varios de los músicos de los Stones, como Bernard Fowler y Tim Ries, y músicos flamencos como Belén López y María Terremoto, y fue un espectáculo increíble. Ya había explorado más el camino y creé un relato alrededor: la gala comenzó con  el ‘Hallelujah’ de Leonard Cohen, como homenaje a Enrique Morente y su disco ‘Omega’ (que rompió moldes en su época, con esa fusión de rock y flamenco) y, como estábamos en una iglesia, también servía como homenaje a ese ‘Club del 27’, de tantos y tantos músicos que han muerto a esa edad, como Jimi Hendrix, Jim Morrison, Janis Joplin, Kurc Cobain, Amy Winehouse o Brian Jones, de los Rolling Stones, todo interpretado en clave flamenca y finalizando con la versión flamenca del ‘Satisfaction’ de los Stones. Como inicialmente pensaba que iba a suceder una sola vez, bauticé el espectáculo OCO [las siglas de One Chance Only: ‘una única oportunidad’, en inglés], pero el impacto que tuvo fue impresionante y ya sí que me decidí a apostar de forma aún más fuerte”. OCO The Show ha desembocado, finalmente, en el espectáculo que se puede ver en Madrid desde hace varias semanas y que Pino califica como “un experimento” en el que ir probando cosas para, seguidamente, meterse en una gran producción y “salir afuera, con la ambición de ir por el mundo y abrir la puerta al flamenco para que sea aún más conocido, fusionándolo con el rock and roll”.

En OCO The Show se mezcla flamenco con rock, blues o jazz de Nueva Orleans, con piezas del repertorio de Tina Turner, David Bowie, Queen o el Michael Jackson de “Smooth Criminal”, para acabar con “Satisfaction” y el “Give Peace a Chance” de John Lennon. “A lo largo de todo este viaje –explica Sagliocco– hay momentos estelares muy emotivos y entrañables, porque es una amalgama perfecta. Igual que el rock’n’roll viene del rhythm’n’blues, el flamenco es ‘nuestro´ rhythm’n’blues, y cuando sales del espectáculo, te vienen unas ganas enormes de zapatear. Sales de allí con una alegría y un bienestar realmente únicos”.

Músicos que son amigos

La relación de Pino Sagliocco con los músicos que forman parte de OCO The Show no es meramente circunstancial. A Antonio Carbonell y a Estrella Morente los conoce desde hace décadas, gracias al profundo interés que el promotor italiano –que prefiere definirse a sí mismo como “gestos de egos” y como “bombero”, “porque toda la vida he estado apagando fuegos”– ha sentido desde siempre por el flamenco.

El primero al que conoció fue a Antonio Carbonell, cantante que representó a España en el festival de Eurovisión de 1996. Hijo del cantaor y guitarrista flamenco Montoyita, es hermano de Aurora Carbonell, la viuda de Enrique Morente, y tío, por lo tanto, de Estrella Morente, además de primo de los componentes de Ketama y La Barbería del Sur. Carbonell cuenta que cuando vinieron los Rolling Stones a España Pino le contó su locura: “me dijo que había organizado una cena y que quería que les cantáramos un tema suyo en clave flamenca, y yo escogí hacer ‘Paint it Black’ por bulerías, y cuando llegó el momento de hacerlo, bailando y cantando, Mick Jagger se entusiasmó y lo colgó en sus redes sociales y fue una explosión brutal”. Fue entonces, recuerda Carbonell, cuando Pino dijo: “aquí hay petróleo”. Ahora, además de cantaor, Carbonell ha sido el director musical del espectáculo. “Pino siempre emplea una expresión, ‘al natural’, para explicar lo que quiere y ha sido así, exactamente, como ha surgido todo: de forma muy natural, sin nada forzado. De hecho, a mi no me gustan las fusiones descafeinadas, sino las de verdad, y esta lo es”. 

Nuestra estrella de la canción flamenca, nunca mejor dicho, Estrella Morente, dice que Pino Sagliocco y su mujer, Lorena, y sus hijos, son su “segunda familia”. “Lo conocí hace mucho tiempo, cuando era una cría, a través de mi tío Antonio Carbonell, que por aquel entonces era el director de la banda de Joaquín Cortés. En esa época el flamenco estaba muy fuerte en todo el mundo y mucha culpa de ello la tuvo, precisamente, Pino. Yo debía tener…, no sé, 15 años, y pasamos un verano estupendo en Ibiza. Allí pude conocer a una familia maravillosa con la que cada día se va acrecentando y aumentando la cercanía y la confianza. Los quiero y respeto muchísimo, tanto a Lorena como a él, porque las buenas personas están por encima de cualquier talento y si ellos son ya de por sí talentosos, hasta lo mágico y lo universal, como personas son absolutamente incomparables. De hecho, hemos sido amigos desde hace muchos años y, sin embargo, hemos tardado mucho en volver a coincidir trabajando. La primera vez fue con mi padre, y Pino nos llevó a actuar al Festival de Montreu y aquella actuación fue lo primero que hice con él. Ahora es mi mánager y estamos desarrollando más ideas y cosas que nos apetecen. Pero, por encima de todo, lo más importante es que Pino me abrió las puertas de su casa y desde hace mucho Pino es familia”.

Sin ese grado de intimidad, la presencia de Belén López y Chanelle Haynes también viene avalada por la amistad y la admiración. De Belén, Pino dice que “es una crack. En el baile, yo he conocido poca gente tan comprometida y que transmita tanto y con tanta fuerza como Belén. También la conocí hace mucho tiempo, de muy pequeña, y cuando la elegí para OCO fue porque vi no sólo que Belén se merecía la oportunidad, sino porque el mundo también se merece conocerla y haré todo lo que esté en mi mano para que el mundo pueda verla bailar en los grandes teatros del mundo. Belén es el buen rollo personificado y el compromiso máximo con la disciplina: sabe que hay que estar siempre al 100%, sin perder nunca el swing y el tempo para emocionar y transmitir… ¡Y para ametrallarte con esos zapateados!”.

En cuanto a Chanelle, Pino asegura que es, ahora mismo, “la favorita de Mick Jagger”. Pino la considera “una auténtica fuerza de la naturaleza y un torbellino, y, para mí, la nueva Tina Turner. La conocí en Nueva Orleans, actuando con los Rolling Stones, y ahí mismo ya la quise incluir en el espectáculo”. Aunque OCO The Show era todavía un experimento cuando llegó a Madrid, la respuesta del público y, sobre todo, la de sus principales cabezas de cartel le confirman que, efectivamente, como recordaba Antonio Carbonell, “aquí hay petróleo”. “Tal y como está ya el espectáculo –confirma Sagliocco–, con un par de piezas más ya estaría completo el puzzle para ofrecer uno de los mejores espectáculos que se pueda ver en la actualidad. Estamos preparados para conquistar el mundo”.

Mucho más que un cocinero aficionado

Si su labor profesional es conocida, lo que pocas personas saben es que Pino es un auténtico gourmand y un consumado cocinero. “¡La cocina es mi pasión!”, exclama. Y se lanza a explicarme el porqué de esa pasión: “Yo soy un hombre afortunado porque vengo del pueblo; soy hijo de agricultor y he cocinado de la manera ancestral con mis abuelas y mi madre. Hay muy poca gente que haya he tenido el privilegio y la suerte de haber conocido el producto como lo he conocido yo, que he vivido la época en la que existían las cuatro estaciones. En invierno he comido las mejores alcachofas y las mejores coliflores; en verano he tenido las mejores verduras, los mejores tomates y las mejores ensaladas. En casa hacíamos nuestra propia pasta y nuestra matanza: las gallinas eran nuestras y el cordero también. Todos estos sabores me ayudaron a comprender que la comida no es solo comer: la comida es un disfrute y un viaje de emociones, porque comer bien te lleva a los recuerdos. Cuando yo consigo una buena lechuga me acerca a aquellos recuerdos, y cuando me tomo un huevo fresco de corral recuerdo que los recogía calientes, por la mañana, y mi madre me los pinchaba y me obligaba a comerlos crudos, porque decía que era bueno para el cerebro”.

Todas estas experiencias culinarias le han convertido en un gran amante de la comida y de la cocina. Y eso les ha generado, de paso, un problema a los promotores de conciertos de todo el mundo con los que ha tenido que trabajar a lo largo de su vida. “Creo que conozco todos los grandes restaurantes del mundo, porque a cada país del mundo al que iba con los artistas, la principal preocupación de mis promotores era: ‘dónde llevamos a comer a Pino?’ y ‘¿cómo lo vamos a sorprender?’, porque sabían de mi buen paladar y que me gustaba comer bien. He conocido muchos restaurantes de estrella Michelin y me gusta la experiencia de un día, pero no hay nada como un buen producto: una anchoa de verdad, un buen tomate de verdad, una buena lechuga de verdad… o unas buenas angulas, unas buenas almejas, unas gambas, una buena pasta, una buena pizza o un buen cocido”.

Ese conocimiento del producto le han convertido, además, en un excelente cocinero. “Cuando alguien viene a comer a casa, incluso cuando vienen algunos cocineros, los sorprendo con algunos de mis platos ‘signature’, como la ‘pasta con botarga a la Pino’. Cuando vienen a mi casa saben que va a comer bien y no come nada antes… porque hay gente que, en función de lo que pueda pasar en una invitación, comen antes, por si acaso. En mi casa predomina la cocina italiana, pero con mucha fusión asiática. Mi cocinera es filipina y sabe cocinar como los ángeles: ha ‘heredado’ a la perfección la cocina de mi madre y cocina lo español que te mueres. Y ha entrado hasta en la cocina japonesa. A mí, además, me gusta experimentar en la cocina, porque la cocina es como crear un disco: hay que poner notas a la creación y yo entiendo perfectamente la gran creatividad que tienen los cocineros y la sensibilidad que hay que tener para poder acercarnos a este mundo tan increíble de la explosión de la mezcla de sabores”.

Sagliocco se atreve a citar a sus dos cocineros favoritos, a los que define también como “mis hermanos”, que son Albert Adrià y Rafa Zafra. “Albert es introvertido y tiene el alma más bella y más sensible que he conocido: es un artista completamente puro, con la sofisticación más grande, pero manteniendo la esencia en todos los sentidos. Y Rafa, de Estimar, es más explosivo: el desparpajo al máximo nivel, un cocinero completamente de la escuela de El Bulli, pero que ha sabido hacer del mar un lenguaje suyo, tratando el pescado con la raíz andaluza y llevándolo al toque más auténtico de su esencia. Su cocina hace que la gente repita y repita, porque es una cocina de la que no te cansas, porque una almeja es una almeja, una gamba de Palamós es una gamba que la quieres comer siempre; y un rodaballo, es un buen rodaballo. Le ha metido todo el desparpajo andaluz al producto, llevándolo realmente a disfrutar de todo un viaje al paladar. Pero no puedo olvidarme de todos los grandes cocineros que tiene España, como los hermanos Roca, Arzak, Berasategui, Dabiz Muñoz…  España tiene una fuerza a nivel culinario sin parangón en el mundo. España está por encima de todos los otros países”.

Texto Jesús Rodríguez Lenin Fotografías Velasco & Hu Estilismo Joana Real