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El creador del envase de Pringles eligió ser enterrado en su propio invento

Juntos durante toda la eternidad, un inventor y su invento.

Cebolla y crema agria, cheddar, original…fueron algunos de los sabores que pensaron los hijos del inventor del envase de Pringles para que almacenase las cenizas de su padre. Larry Baur, su hijo mayor, confesó a Time que «tenía que ser el original», para honrar su memoria.

Se llamó Fredric Baur y fue el ideólogo de la innovadora forma tubular de almacenar patatas, y sí, está enterrado (parte de sus cenizas) en uno de los ejemplares de su creación más preciada y reconocida. Cuando falleció, en 2008, su familia cumplió este deseo impreso en su testamento, enterrando una parte de sus cenizas en un tubo de 39 centímetros en los Arlington Memorial Gardens de Cincinnati, y el resto fueron repartidas entre urna enterrada junto al envase y otra entregada a un nieto.

Su invento traspasó las fronteras de la imaginación, ya que era la primera vez que no se presentaban las patatas apiladas en una bolsa, sino que estaban dispuestas y apiladas uniformemente y sujetas. Este diseño significó una puerta para el futuro de los recipientes del mundo alimenticio, y fue en 1970, cuando Baur recibió la patente de este envase.

Baur fue un químico orgánico y técnico en almacenamiento de alimentos, que más tarde trabajó para Procter & Gamble en investigación y desarrollo, hasta su retiro en los años 80. Inicialmente su invento en forma de tubo y las propias Pringles, ambos lanzados al mercado a la vez en el 1967, no fueron recibidos con los brazos abiertos por la sociedad de la época, debido a que los consumidores buscaban la variedad e imperfección de las patatas fritas tradicionales, según comentó el experto en alimentos Phil Lempert a Time. No obstante, con el tiempo el usuario descubrió que resultaba una forma y disposición del alimento muy cómoda y eficiente.

Además de las Pringles, Baur trabajó en otros proyectos como el desarrollo de un helado liofilizado llamado Coldsnap, aunque nunca alcanzaron la notoriedad de su famoso envase tubular. Freud Baur dejó todo un legado en el mundo del snack, tanto significó para él, que decidió compartir el resto de la eternidad con su invento.