Actualidad

En China, las mascotas ya trabajan en cafeterías

Cuando la realidad supera a la ficción.

Haz clic aquí para leer la versión en inglés.

En el país asiático en el que todo es posible están emergiendo y estimulando la industria una serie de cafeterías en las que los camareros no son ni humanos ni robots, sino perros y gatos. Se trata de un fenómeno inesperado que se encuentra en pleno auge en China, conocido como ‘Zhengmaotiaoqian‘.

Esta tendencia laboral lleva a las mascotas a trabajar, abriendo una nueva realidad inusual -e incluso, surrealista- que ha fascinado a los usuarios en las redes sociales, con imágenes de perros y gatos en sus ‘turnos laborales’. Antes de ser contratados, éstos se someten a una evaluación de comportamiento y a una prueba en el lugar de trabajo para comprobar si son sociables y reaccionan bien al lugar.

In China, a new trend has emerged where cats and dogs "work" at cafes to earn "snack money." Owners send their pets to these cafes, where customers pay extra to interact with them, making it a profitable model.With pets becoming an even bigger part of life in China, some even have "resumes" showcasing their unique traits.Is this just a fun idea, or should we be concerned about pets being used for profit? Let us know in the comments.#PetCafeTrend #PetCulture #ChinaTrends #FurryEmployees #AnimalCareDebate #CatCafe #PetCafe #DogCafe #CoffeeShop #AnimalRights

Posted by Brut on Wednesday 16 October 2024

Los cafés de mascotas se han convertido así en un gran negocio en China. En ellos, los visitantes interactúan con los animales que deambulan por el espacio, permitiendo a sus dueños cobrar más por la experiencia; como entradas de unos 30 y 60 yuanes por persona. Mínimamente se le pide al cliente algún tipo de requisito, como por ejemplo pedir una taza de café.

Este cambio cultural dirigido hacia las mascotas, que podría abrir debates en torno a la explotación animal, fue recogido por la CNN. El medio en cuestión acercaría al territorio nacional esta tipología de cafeterías que permiten a los visitantes disfrutar de su comida, mientras juegan con los animales que han sido ‘contratados’.

Una de las pioneras en impulsar este fenómeno fue Jane Xue, una estudiante que decidió que su perro samoyedo llamado OK trabajase en una cafetería canina de Fuzhou. Ella justificó la contratación diciendo que así el perro tendría compañía en los momentos en los que estuviese fuera con su pareja; además de ahorrar gastos, como por ejemplo en el uso del aire acondicionado.