L Catterton, el fondo para invertir en capital privado de LVMH (Louis Vuitton Moët Hennessy) posee desde hace quince días el 20% de Nobu, la compañía de restaurantes y hoteles del chef Nobu Matsuhisha, el actor Robert de Niro y el empresario judío Meir Teper.
En 2015, Crown Casinos entró en la compañía con el 20% al crear los hoteles y restaurantes de Nobu en Melbourne, Sydney, Perth y Manila. En 2022, el fondo Blackstone compró la totalidad de Crown Casinos -que además de Nobu tenía dos resorts más de lujo en el Pacífico- y este verano Blackstone ha decidido vender todas su posesiones no mayoritarias, como es el caso de la de Nobu.
Habiendo pagado L Catterton 188 millones de dólares por Nobu, el valor de la compañía se calcula hoy en 1,3 billones de dólares. Louis Vuitton esperará un año o dos a ver cómo le funciona el negocio y tiene planeado hacerse con más de la mitad o tal vez de la totalidad de Nobu al final de este plazo.
Nobu Matsuhisha, antes de convertirse en uno de los chefs más famosos del mundo, estuvo a punto de suicidarse cuando se le quemó el restaurante que tenía en Alaska. Perdió su trabajo, su dinero, su ilusión y pensó en quitarse la vida, pero de su esposa e hijas obtuvo la fuerza para continuar.
Es importante saber que puedes estar a punto de suicidarte y acabar teniendo una comapñía de 1,3 billones de dólares y el más entusiasta reconocimiento mundial. Es importante saber que puedes llegar a pensar que no puedes nada, que no vales nada, y acabar siendo una de las marcas más copiadas y plagiadas de la historia de la gastronomía. Ir a los restaurantes y hoteles de Nobu es un placer sensacional. Entender su sufrimiento y su éxito es un conocimiento fundamental.
Como siempre que el lujo es interesante, detrás hay una historia de lucha contra las más miserables circunstancias. El padre de Nobu murió cuando él tenía 7 años. Lógicamente estuvo triste y lo echó mucho de menos pero en lugar de convertir aquel dolor en un resentimiento lo volvió una historia de amor y al ver algunas fotografías de su padre en los más exóticos parajes tuvo la pasión por imitarlo y viajar. En Perú tuvo la gran idea de su vida, mezclar las bases japonesas con los ingredientes peruanos, y por extensión latinos. Fue darle la vuelta a su orfandad. ¿Quién podría decir que realmente el padre de Nobu murió a sus 7 años si fue él quien de alguna manera le empujó a este viaje y a esta creatividad?
De Nobu tenemos los platos pero sobre todo tenemos la vida y esta vida nos enseña que podemos conseguir lo que nos propongamos si tenemos a personas que nos quieren a nuestro alrededor y si somos capaces de, pase lo que pase, continuar buscando siempre la luz. Cuando en algunas entrevistas Nobu explica que se quiso suicidar, lo hace con cierta vergüenza y dice que la desesperación por el incendio de su restaurante y la pérdida de todos sus ahorros le volvió egoísta, y no se daba cuenta de que, pese a la desgracia, tenía la inmensa fortuna de continuar contando con sus mayores tesoros, que eran su mujer y sus hijas.
Lo que salvó a Nobu no fue un éxito empresarial o una inversión inesperada de un socio capitalista. Esto también pasó en su vida. Pero lo que le salvó fue que dejó de vivir encerrado en su oscuridad, aunque tuviera motivos objetivos para hacerlo, y que salió a buscar la luz, aunque en aquel momento seguramente no sabía dónde estaba ni si la podría encontrar. Dio igual. Bastó que quisiera encontrarla y que saliera a buscarla para que poco a poco las cosas empezarán a mejorar, hasta el valor que hoy tiene su empresa y su prestigio como chef en todo el mundo.