“Porque viajar te puede abrir el corazón y expandir tu mente, pero, sobre todo, porque es capaz de llenar tu vida de emociones e historias que contar”. Así es como Tenerife se presenta e invita a ser descubierta, más allá del sol y de la playa. La llegada al paraíso puede ser por aire, aterrizando en el Aeropuerto Tenerife Sur-Reina Sofía y en el Aeropuerto Tenerife Norte-Ciudad de La Laguna; o por mar, tomando tierra en el puerto de Los Cristianos o en el de Santa Cruz de Tenerife.
Una vez allí se descubre un referente turístico internacional que esconde diversidad de paisajes y vivencias, además de una oferta experiencial que, gracias a su media anual de 22 grados centígrados, puede ser disfrutada durante todo el año. Recorrer la isla es conocer su amplia oferta patrimonial, como el Parque Nacional del Teide y la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, zambullirse en su impresionante naturaleza –con 43 espacios protegidos– que permite realizar actividades al aire libre durante todo el año (kayak, windsurf, surf, buceo, senderismo, parapente, avistamiento de cetáceos, observación de estrellas con telescopios), conocer el Teide, de tú a tú, a más de 3.000 metros, la Laurisilva, los guachinches, pero también restaurantes con estrella Michelin, o degustar sus característicos vinos de naturaleza volcánica. Y volver siendo otro.
Una gastronomía entre el volcán y el océano
La cocina tinerfeña ha sufrido una importante evolución en los últimos años para encontrarse con la creatividad y originalidad, pero siempre partiendo de lo más cercano. Es un homenaje al esmero y al cariño de sus productores y cocineros; es el Atlántico y el mestizaje entre Europa, África y América. Su singularidad y diferenciación reside en el clima subtropical, la biodiversidad, la orografía, el patrimonio y etnografía del territorio, sus productos de kilómetro cero y de temporada.
La despensa tinerfeña es un despliegue de color, con las infinitas frutas, entre las que destaca el plátano, el aguacate o la papaya. También un despliegue de naturaleza con todos sus pescados (sama, cherne, vieja o atún), la miel, que cuenta aquí con más de una decena de variedades, los quesos, sobre todo de cabra y oveja, las papas o los productos cárnicos, como el conejo, la cabra y el cochino negro. Productos de calidad que cuentan con certificaciones como Denominaciones de Origen o Indicaciones de Origen Protegido.
Después, todos estos tesoros culinarios se juntan para crear recetas que han transcendido a lo largo de la historia, como son las carnes aderezadas con mojo o salmorejos, los potajes y puchero canario, las Papas Antiguas de Canarias o el gofio, todo un emblema de Tenerife que resulta de la harina de cereales tostados como el maíz, la cebada o el trigo. Ideales para ser descubiertos y degustados en esos espacios de cocina tradicional e idiosincrasia tinerfeña que nacieron con el fin de dar salida a los excedentes de vino por parte de los productores.
Los mercados y mercadillos son otros de los lugares indicados para conocer toda la variedad de productos frescos y de temporada que produce la isla, así como en las fiestas populares y las actividades enogastroturísticas: en Tenerife no hay romerías sin pellas de gofio, Navidad sin truchas rellenas de batata o cabello de ángel, ni Semana Santa sin cazuela de pescado. Sea donde sea, disfrutar de una gastronomía tan identitaria y hacerlo en mitad de parajes únicos como los parques rurales, la Ciudad Patrimonio o los numerosos pueblos con encanto es algo que transforma.
Pero en Tenerife también hay vanguardia, que mira al mar y a la tierra, y que ha convertido a la isla en un referente gastronómico. Así, se luce en cualquiera de los 27 soles Repsol repartidos en 20 restaurantes, y en los siete restaurantes que atesoran un total de nueve estrellas Michelin:
M.B de Martín Berasategui (2*) en el Hotel The Ritz-Carlton, Abama
En este paraíso hotelero se encuentra una de las sedes con el sello-garrote de Martín Berasategui que, en este caso, está dirigida por su compadre Erlantz Gorostiza. Aquí hay calidad a todos los niveles, creatividad e innovación.
El Rincón de Juan Carlos (2*) en el Hotel Royal Hideway Corales Beach en Adeje
Lo primero que llama la atención son las impresionantes vistas al océano y el espacio de estilo moderno. Luego, un despliegue emocionante de cocina canaria creativa en la que se utilizan ingredientes premium y presentaciones refinadas a través de su menú degustación.
San-Hô (1*) en el Hotel Royal Hideway Corales Beach en Adeje
Canarias, Japón y Perú se miran de frente bajo la mirada creativa de los chefs Adrián Bosch y Eduardo Domínguez. La fusión así es fascinante.
NUB (1*) en el Hotel Bahía del Duque en Adeje
En este caso la fusión es entre América Latina, Italia y Canarias. El resultado, una cocina única, creativa y de vanguardia que acelera el pulso.
Kabuki (1*)
Haydée by Victor Suárez (1*)
Los recuerdos de infancia y la creatividad de Víctor Suárez.
Taste 1973 (1*) en el Hotel Villa Cortés en Arona
Las emociones en el plato bajo el conocimiento de Diego Schattenhofer.
Sin vino no hay paraíso
El cultivo de la vid ocupa la mayor superficie cultivada de la isla, una práctica que se remonta al siglo XV –Shakespeare los nombró en varias obras– y que hoy se reconoce con cinco denominaciones de origen y una sexta que representa a todas las Islas Canarias. El suelo volcánico, el clima y la variedad de uvas provocan que sus vinos sean únicos en el mundo, tal y como demuestra el más del centenar de bodegas donde se elabora vino bajo métodos tradicionales.
La Casa del Vino es la parada ideal para descubrirlo todo sobre esta bebida imprescindible, las uvas más características, sus seis denominaciones de origen, la influencia de los vientos Alisios y los suelos volcánicos, y los microclimas que los moldean.
Además, para sorpresa de muchos, en esta tierra también se elaboran vermuts desde hace un tiempo. Son varias las bodegas que comercializan los suyos, de gran personalidad y alma volcánica. En ellos se encuentran los vinos singulares de la isla con los botánicos endémicos como el incienso tinerfeño, la ruda y el romero.
Otro Tenerife que no te puedes perder:
- Ahora es el momento de los eventos de Semana Santa que ocurren sobre todo en La Laguna o el Corpus Christi, con parada obligada en La Orotava para admirar sus tapices de arena y flores. Además, las romerías son unas de las fiestas más singulares de la isla, ya que la población se atavía con el traje típico y marcha junto al santo patrón o patrona danzando y cantando por las calles del municipio.
- La arquitectura es otro de los grandes reclamos, mezclándose la tradicional, de casonas y patios, y la vanguardista: Auditorio de Tenerife, Centro Internacional de Ferias y Congresos, ambas de Santiago Calatrava, o el TEA, Tenerife Espacio de las Artes, de Herzog y De Meuron.
- Cuando el cuerpo pida descanso, nada como acercarse hasta una de las playas o piscinas naturales creadas por la lava al solidificarse. Y, tras el chapuzón, lo mejor es secarse al sol y tomar un cóctel en uno de sus beach clubs o rooftop bars.
- No se debería abandonar la isla sin pasar antes por el Parque Rural de Anaga y el Parque Rural de Teno entre bosques de laurisilva, con helechos gigantes y aire mágico de cuento de hadas. Tampoco los Acantilados de Los Gigantes, que se levantan hasta 600 metros sobre el mar.
- Gracias a su clima e infinitas horas de luz, Tenerife se convierte en el plató cinematográfico perfecto. Para los amantes del cine la diversión residirá en localizar los puntos en los que se ha rodado Furia de Titanes, Fast & Furious 6, Jason Bourne o La Casa de Papel.