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En Estados Unidos, la bebida históricamente más vendida durante el estío ha sido el vino rosado o rosé. Así ha resultado ser verano tras verano. Sin embargo, este año parece que las tornas han cambiado y demuestran una nueva tendencia en el mercado y, por tanto, entre los consumidores.
La empresa Drizly, la principal comercializadora de bebida alcohólica de Norteamericana ha revelado los datos de este verano que ya termina. Los números son claros y no dejan lugar a dudas, el rosado está perdiendo tirón entre los compradores.
De acuerdo con la distribuidora, las compras de vino rosado han caído cerca de un 10% entre mayo y agosto de 2023 respecto al año pasado, con especial relevancia en el vino más adquirido por los clientes, que es el Lambrusco.
Los nuevos reyes del verano
La cuestión es quién ha ocupado su lugar. Y la respuesta no está muy lejos en las estanterías que separan a una y otras bebida. Son dos los vinos que han adelantado al rosado en la carrera por ser el más vendido de ese país.
Uno de ellos es el tinto Barbera, nombre que recibe del tipo de uva con el que se hace ese vino, que puede cultivarse en lugares tan diversos como Australia o California. Aun así, las más vendidas han sido las procedentes de Italia, del Piamonte.
De acuerdo con la popular marca, sus ventas crecieron un 16% respecto al año anterior. Este tipo de vino destaca porque por sus notas de frutas rojas y su acidez cítrica. Suele ser un buen acompañamiento para cualquier tipo de comidas, especialmente para patatas o verduras al horno.
El otro gran beneficiado del cambio de tendencia del mercado es otro vino tinto llamado Gamay, procedente de la uva del mismo nombre y que suele cultivarse en el valle del Loira francés desde el Siglo XVI. Aun así, también se cultiva en diferentes lugares del mundo. Es un vino alegre y suave y no especialmente caro.
