El cocinero navarra Benjamín Urdiain ha fallecido este lunes a los 84 años en Madrid. El chef estuvo al frente de los fogones del madrileño restaurante Zalacaín desde 1973. En 1987, logró para este restaurante las tres estrellas Michelín, el mayor reconocimiento a nivel gastronómico en el mundo.
Su carrera culinaria comienza al otro lado de la frontera, en Francia. Cuando todavía no era mayor de dad empezó a trabajar en el País Vasco francés y conforme fue creciendo, pasó a trabajar en en París, en el prestigioso Plaza Athenée. Antes de ser contratado en el Zalacaín, pasó un breve tiempo por Bilbao.
La mano de Urdiain permanece 50 años después de que el Zalacaín echase a andar. El plato principal, el bacalao Tellagorri, sigue sirviéndose en las mesas del afamado local madrileño. También las patatás suflé o el búcaro «Don Pío», un plato compuesto de consomé gelée, huevos de codorniz a baja temperatura, salmón marinado y caviar.
Durante todos esos años, recibió el premio Nacional de Gastronomía, en 1981 y el Gran Premio a la Memoria y Gratitud, que otorga la Academia Interancional de la Gastronomía Francesa en 2002. Allí dejó los fogones y terminó su carrera como cocinero, en 2012.
No se alejó del mundo culinario una vez que abandonó la cocina. Pasó a presidir de forma honorífica la Asociación de Cocineros y Reposteros de la Comunidad de Madrid y siguió asesorando a restaurantes.
Uno de los momentos más difíciles a nivel profesional resultó la pérdida de la tercera estrella Michelín, en 1996. Aun así, ahora todos los cocineros lo recuerdan con cariño y admiración, un hombre que fue un referente para la cocina española y mundial.