Hay pocas preguntas que generen tanto entusiasmo como lo hace: “¿nos vamos al chiringuito?”. Es oírla y automáticamente sentir una alegría inmensa que nos dibuja una sonrisilla y nos llena de luz la mirada. Y es que estos lugares, que bien podrían llamarse pequeños paraísos, tienen todo lo que el verano necesita: una ubicación privilegiada, comida apetecible elaborada con productos frescos, comensales felices, vistas al mar y, una de las cosas más importantes, nada, absolutamente nada de estrés.
Precisamente por todos estos motivos, en Tapas llevamos ya cinco años empeñados en descubrirte los mejores chiringuitos de España. Lugares donde entregarse al más absoluto hedonismo playero, donde disfrutar como nunca con la sal todavía en la piel y arena entre los dedos. Espacios donde casi tocar el mar desde la mesa, otear el horizonte y ser consciente de que durante el atardecer esa balsa infinita es aún más bonita, con sus destellos de plata y el incendio que se prende cada tarde en el cielo. Rojos y naranjas que piden a gritos ser homenajeados con un brindis de Aperol Spritz, refrescante y burbujeante; como lo es la vida durante los meses más luminosos del año.
Los 25 chiringuitos donde ser muy feliz
A Taranxela (Pincelo, Lugo)
Empezamos un poco lejos del mar, pero no del agua porque esta parada tiene vistas al río Miño, en plena Ribeira Sacra. Un lugar mágico, lleno de viñedos en pendiente, de monasterios y ermitas, en el que disfrutar de una Galicia menos conocida. Pues bien, en uno de sus embarcaderos está A Taranxela, con terrazas arrancadas a la ladera, camufladas e integradas en la vegetación. Sobre el plato, cocina sencilla y local, como embutidos, empanada, quesos gallegos, pimientos verdes fritos o ensalada de tomate.
Alma Playa (Rincón de la Victoria, Málaga)
Con ese nombre y esa ubicación ya van unas cuantas pistas. Para completar, diremos que este lugar se ha construido gracias a dos ingredientes clave: la ilusión y el esfuerzo. A partir de ahí, una amplia carta llena de platos súper apetecibles como La Rusa, el brioche de chicharrones, avonesa, queso payoyo curado y trufa, el gazpachuelo malagueño con gamba blanca o la presa ibérica con salsa de vino dulce, almendras fritas y zanahoria crujiente. Todo un despliegue malagueño que bien merece un Aperol Spritz.
Azul Sunset Point (Valencia)
¿Buscas disfrutar de una de las puestas de sol más bonitas de Valencia? Este punto de la Marina Real es tu lugar. Aquí uno se empapa de la auténtica slow life, de esa que no se rige por el ritmo de las agujas del reloj, sino por la intensidad del disfrute. Te animan a que te dejes aconsejar, pero por ir abriendo boca, lo mejor es empezar por una ronda de Aperol Spritz, unos boquerones en vinagre, unas cocas de lomo de sardina ahumada y que el día sea el que marque el pulso.
Blue (Santa Eulària des Riu, Ibiza)
El plan está aquí. Empieza con un viaje culinario por el Mediterráneo, que, como ellos mismos afirman “trata del diverso legado de Israel, la combinación única de Oriente exótico y Occidente contemporáneo, la frescura ácida de las islas, las pasiones infinitas del continente y las tradiciones de la cocina casera de España”. La tarde es bajo la sombrilla, con los pies en la arena y un baño en el agua de su playa virgen.
Blue Bar (Formentera)
Es el polifacetismo hecho chiringuito, ya que aquí se puede saborear una cocina mediterránea con toques asiáticos, tomarse un Aperol Spritz durante la puesta de sol, escuchar música en vivo y dejar que la noche haga su entrada, o vivir el Alien Show, un espectáculo artístico y visual para todas las edades que se celebra todos los domingos y martes durante el ocaso. Da igual donde te sientes porque no hay mesa con malas vistas, desde todas se presencia el espectáculo natural que regala la isla de Formentera.
Cala Gracioneta (Sant Antoni de Portmany, Ibiza)
Es el chiringuito de la playa que le da nombre. En Cala Gracioneta pueden presumir de tener una extensa carta de cócteles, pero no sólo eso, porque su cocina ha sido reconocida este mismo año por la guía Repsol. Se especializa en carnes, pescados a la brasa y arroces de estilo tradicional. Imprescindible es también el pollo payés crocante, las croquetas melosas de sepia o las almejas salvajes con harissa verde y cilantro.
Cap Sa Sal (Begur, Costa Brava)
Cap Sa Sal es un hotel privado de 10 habitaciones –cuenta, además, con una villa y una serie de apartamentos– elevado sobre un acantilado para regalar unas vistas imponentes al mar. Pero no sólo eso, porque su entorno es un bosque de pinos centenarios que “inundan el ambiente de ese maravilloso aroma mezcla de sal y ámbar”. En compañía de Aperol Spritz, son los arroces de temporada, pescados y mariscos de la zona los que terminan de redondear la experiencia en este punto del paraíso mediterráneo.
Cova d’en Xoroi (Alaior, Menorca)
Seguro que lo has visto más de una vez. Es ese lugar mágico que se abre en mitad de la roca para asomarse desde un acantilado al mar Mediterráneo. Hay un Cova d’en Xoroi de día, perfecto para ir con niños, pero también está el del atardecer, con música en vivo, y el de la noche, en el que las horas pueden estirarse tanto como uno quiera. Eso sí, siempre mirando al horizonte, no vaya a ser que asalten los piratas.
Dabadaba Beach (San Sebastián)
Aunque el imaginario del chiringuito nos lleve al Levante o al sur de España, lo cierto es que en el norte también hay gran representación y, además con el fresquito del Cantábrico que tan bien sienta. Vestido de rayas azules y blancas, no sabemos si en homenaje a la Real Sociedad, Dabadaba es pequeñito, pero matón. Y lo demuestran con su pintxo donostiarra de atún, anchoa y piparra, o el de guacamole, salmón ahumado, alcaparras y cebollino. Baño, pintxo y buena bebida, ¿hay un plan mejor?
Dido (El Palmar, Cádiz)
La diosa que le da nombre es quien inspira este lugar, para plasmar en él la pasión, el amor por el arte, la gastronomía, la música, la naturaleza y el misticismo del tiempo. Acariciados por la brisa del mar de Alborán, aquí se alimenta el alma con lo mejor de Grecia, Italia, Turquía y España. Así, entre sorbo y sorbo de Aperol Spritz, se puede pasar del gazpacho de sandía con gambas a la ensalada de tomates, marinados caseros y burrata.
El Puntal (Somo, Cantabria)
Miramos al Cantábrico y lo hacemos, precisamente, desde Cantabria. En la playa del Puntal se encuentra este chiringuito en el que saciar el hambre y la sed, y hacerlo de la mejor manera. Quisquillas, caracolillos, percebes, maganos, tartar de bonito, de pulpo, almejas a la sartén, bocartes, rabas… Por la noche sufre una pequeña transformación para que las almas más fiesteras puedan verse satisfechas.
El Vivero (Sitges, Barcelona)
Aquí se mima el producto –hay mucho de Km 0–, para crear arroces que son una auténtica delicia, como es el caso de la Paella Senyoret que llevan elaborando 50 años. También están especializados en el atún Blue Finn, que preparan en tartar, sashimi, solomillo o tataki. La luz la pone el mar, la relajación, las camas lounge, el ambiente, la mejor música en directo, las vistas, el mar Mediterráneo y el acompañamiento, un Aperol Spritz muy bien preparado.
Frida Pahlo (Pedregalejo, Málaga)
En esta época del año, el barrio de Pedregalejo se llena aun más de vida. Aquí la tradición es el mar y la pesca, como muestran sus numerosas casitas a pie de playa. Una de ellas, reformada y reconvertida, es la que acoge a este chiringuito de alta cocina. Para empezar, y con la copa de Aperol Spritz sobre la mesa, ellos te recomiendan hacerlo con unos totopos con guacamole o con la ensaladilla rusa. Después, nada como la gamba blanca, los tacos de atún rojo o la hamburguesa de pulled pork. Así, la tarde nunca habrá sabido tan bien.
La Cangreja (La Manga, Murcia)
Ellos lo tienen claro, aman tanto a su querida playa del Galúa que están dispuestos a desestacionalizar esta zona para potenciar su turismo durante todo el año. Así que, aunque durante el verano es el place to be indiscutible, las temperaturas templadas de La Manga posibilitan que se pueda alargar la temporada mucho más. ¿Algunos de sus imprescindibles? La tapa marinera, la empanadilla preñá o la croqueta de morcilla de verano.
La Jaima Meccarola (Caños de Meca, Cádiz)
Si te gusta la vida en Caños de Meca, este es tu lugar, y si no la conoces, entonces debes comenzar por aquí; el flechazo será instantáneo. “Nos gusta pensar que uno podría pasar el día entero en la Jaima Meccarola y sentir que ha estado en mil sitios. Empezaría, por qué no, con una tapa a media mañana en su pequeña cervecería; y sería fácil pararse a pensar, desde lo alto de su balcón al mar, en lo cerca que está África…”. Ellos lo cuentan tan bien que poco más se puede añadir, bueno sí, que mejor se reflexiona a sorbitos de Aperol Spritz.
La Luna (Zahara de los Atunes, Cádiz)
Y de un lugar idílico, viajamos a otro en el que el alma gaditana impregna cada esquina. En este caso es la playa de Zahara de los Atunes la que se encarga del espectáculo natural. Una vez en la mesa, es de ley entregarse a sus arroces, al pescado de la bahía y, cómo no, al atún de almadraba. La música aquí tiene un protagonismo indiscutible y casi cada día se puede bailar a ritmo flamenco, pop o dance. Y beber a ritmo de Aperol Spritz.
La Siesta (Jávea, Alicante)
Todo aquí parecerá sacado de un sueño. Las telas moviéndose al ritmo de la brisa, los destellos plateados del mar, el crujir lento de las palmeras y la calma de una tarde de verano. Porque sus camas balinesas dicen ‘túmbate y sueña’. De vuelta a la realidad, llega un despliegue de platos frescos y apetecibles que te invitan a disfrutar, como una tabla de sushi, un poke, ceviche, cocktail de langostinos o, si de verdad el hambre ruge, una pizza, carne al horno, y terminar con un pastel fondant de chocolate.
Los Baños Sunshine (Denia, Alicante)
Es, sin duda uno de nuestros Best Chiringuito por muchas razones. Y es que Los Baños Sunshine cautiva por su vínculo inquebrantable con el Mediterráneo, al que homenajean una y otra vez, y que tan bien marida con Aperol Spritz. También por su oferta natural, con una carta en la que aparecen los productos de su propio huerto, orgánico y de auténtica proximidad. También paellas, pescados, carnes a la parrilla y la mejor despedida a un día inolvidable.
Los Pinares (Cabañas, A Coruña)
Galicia es sinónimo de buena comida y en Los Pinares no iba a ser menos. Con los pies bien anclados en la playa de la Magdalena, en este reducto de paz se come el mar: sardinas a la brasa, almejas a la marinera, pulpo a la gallega, nécoras, navajas, calamares, etc. Pero, si la cosa va de un picoteo variado, también tienen carne asada, churrasco, tortilla de patata o paella.
Marina Beach Club (Valencia)
Su piscina a pie de playa es el mejor reclamo. Bueno, también lo es su club con programación de Dj’s, su plan de tardeo único que lo ha convertido en un espacio de moda en Valencia, y su restaurante El Portet, claro. Estando en la cuna de la paella, no puede faltar la de Marina Beach Club, que viene recomendada por Wikipaella. También preparan arroces valencianos de pescado, marisco y carne, los cuales maridan a la perfección con el mejor atardecer.
Nosso Summer Club (Marbella, Málaga)
Llegar a Nosso significa darse cuenta al instante de que el día va a ser diferente –y divertido, claro–. Se sabe por su decoración estilo boho-chic, por sus amplias camas en las que relajarse, por la luz cálida y por su gente que te recibe siempre con una sonrisa. La bebida está clara, empieza por Aperol y termina por Spritz; la comida, es Mediterráneo y es Asia (su chef Carlos Navarro fue el quinto mejor sushiman en la Tokio’s World Sushi Cup). Además, celebran sesiones de Dj o conciertos de jazz.
Sa Cova (Ciudadela, Menorca)
El mar, siempre el mar. Sa Cova, desde su ubicación en la cala’n Blanes, lo ha guardado siempre. Antes, sirviendo como lugar para que los pescadores pudieran custodiar sus barcas; ahora, cuidándolo y homenajeándolo cada día para ofrecer lo mejor de él. En la total intimidad de su terraza o en el frescor de su interior, aquí hay pescado, todo el del mundo: en brocheta, en paella, langostinos a la plancha, mejillones, etc.
SAAM Club de Mar (Chipiona, Cádiz)
Nos acercamos a la orilla del océano Atlántico sin abandonar la bebida del verano, Aperol Spritz. En plena costa de la Grajuela se encuentra este chiringuito que puede presumir de ofrecer unas impresionantes vistas que lo convierten en el lugar ideal para disfrutar y sentir la magia del verano. Con el batir de las olas como banda sonora, nada como acompañarlo de su cocina de Km 0: croquetas de puchero, risotto de setas y lagartito con velo de panceta, lubina estero de Trebujena, tomates de autocultivo con pulpo o spaghetti con pesto rosso y chicharrón de Cádiz.
Tumbao (Tarifa, Cádiz)
Las tardes en Tarifa son sinónimo de Tumbao y varias rondas de Aperol Spritz. Este chiringuito situado en la playa de Valdevaqueros tiene unas vistas únicas al Atlántico y su amplio césped es el lugar perfecto para tirarse al puro relax tras un día de playa o kitesurf. La cocina se abre a partir de las cinco de la tarde y todo el producto (mucho de Km 0) se prepara a la parrilla, como su hamburguesa tow-in, que es la recompensa de los más carnívoros; se elabora con carne retinta de Cádiz que compran en una carnicería de toda la vida.
Ventuno Beach (Calvià, Mallorca)
Se encuentra en la bonita playa Portal Vells, al suroeste de Mallorca, un rincón poco masificado y bañado por aguas cristalinas. Sobre el plato, pura Italia, también sobre la copa, claro, de la mano de Aperol Spritz. Así, desfilan las albóndigas de cacio e ovo, la bresaola con rucola, parmigiano y mayonesa de trufa, el vitello tonnato, los gnocchi frutti di mare o el pulpo a la veneciana. La nota dulce la pone el banofee o la tarta de yogur y mango.