Historia, diseño, arquitectura, naturaleza, sol, playa, montaña y, por supuesto, una cultura culinaria muy arraigada que regala productos y recetas emblemáticas, ya sean de la cocina tradicional como de vanguardia. Y es que Cataluña lo tiene todo; es un destino con infinitas posibilidades en las que la tradición de la cultura catalana impregna cada experiencia. Así ocurre en los pueblos alejados del bullicio, con su calma, el verde, el silencio y la cocina reposada con aromas a setas y trufa. También en las ciudades, con su arquitectura moderna y los sabores de vanguardia, en los lugares de costa, bañados por el mar y representados por sus pescadores, o en las huertas trabajadas por las manos expertas de campesinos. Porque Cataluña apetece.
Pero, si todavía necesitas saber más para terminar de elegir el destino enogastronómico de este verano, aquí te van diez buenas razones.
Te damos 10 razones por las que te vas a querer comer (y beber) Cataluña
· Apasiónate por la gastronomía
Partiendo de lo más básico e importante: si te gusta comer y beber bien, Cataluña es el lugar. Aquí la gastronomía se vive con pasión y se vuelca en cada plato, y en cada copa. Se saborea en los productos artesanos, se siente en el trabajo de la gente ilusionada y se vive en sus tradiciones.
· El sabor de la historia
Por esta tierra han pasado multitud de culturas que han posibilitado la riqueza que hoy la caracteriza. El mar Mediterráneo y su comercio, África y la herencia musulmana, América, el Caribe y el descubrimiento del nuevo mundo o el legado judío. De todo este eclecticismo nace un recetario rico y unos vinos rebosantes de personalidad que se sirven del pasado para mirar al futuro con confianza.
· Héroes de la despensa
Está plagada de nombres y apellidos que, a través de las generaciones, han logrado guardar y conservar el sabor de la tradición y la esencia del recetario. Estos héroes cultivan la vida: quesos, embutidos, hortalizas, frutas, cereales, vinos, licores, pescados y mariscos, setas, etc. Ellos son los guardianes del sabor.
· Cocineros de puro genio
En Cataluña la carrera de un cocinero puede ser todo lo prolífica que este quiera. Puede elegir la cocina tradicional y popular, plagada de sencillez y riqueza. O la de vanguardia que juega con la imaginación para crear lo imposible y cuenta con un gran reconocimiento –como muestran los 53 restaurantes catalanes con estrella Michelin–. Sea como sea, todos ellos hacen que amemos la gastronomía de Cataluña.
· Cocinas para todos los paladares
Como diverso es su paisaje, también lo es su cocina. Tenemos la consistencia de la cocina de la montaña, con la caza, las setas y los guisos; la marinera, con sus pescados y arroces; la urbana, de fusión e informal; o la del taperío, divertida e inesperada. Para gustos, los paisajes.
· Olvídate de los tópicos
Por supuesto que hay paellas, tapas, sangrías, pinchos y todo eso que uno imagina. Pero te animamos a dejar este universo atrás, aunque sea por un rato, para que explores el resto de los matices de la cocina catalana y sus vinos. No te arrepentirás.
· Mucho más que Barcelona
Nadie duda de que es una ciudad impresionante, con su cultura, su vida y su luz, pero, más allá de sus límites, hay todo un territorio apasionante que descubrir. Cuando uno se aventura, destapa una naturaleza inimaginable, pueblos medievales parados en el tiempo, arquitectura sorprendente, museos y, por supuesto, un mosaico de cocinas, productos y artesanos que no salen en las guías, pero que tienen muchas estrellas. Conocer todo esto será adentrarse en las raíces de la cocina catalana.
· Recorre Cataluña de copa en copa
Seguro que conoces los vinos del Priorat, largos y persistentes, o el cava, de burbuja fina y vibrante. Pero ¿y si te decimos que igual tu vino catalán favorito aún está por descubrir? Y es que Cataluña tiene un patrimonio milenario, con 12 D.O., que ofrece una singularidad poblada de riqueza: bodegas de prestigio, masías de impronta medieval, pequeños viticultores familiares, viticultura artesana, variedades únicas, enoturismo y ocio, las Rutas del Vino, y un largo etcétera.
· Aceite por sus venas
Arraigados en Cataluña desde tiempos inmemoriales, los olivos son testigo vivo de su historia y parte inelegible de su identidad. Ellos regalan unos aceites de gran calidad, intensos, verdes y afrutados, de carácter. Además, a través del oleoturismo podremos acercarnos hasta rincones rurales genuinos, conocer los olivos milenarios de las Terres de l’Ebre o los centenarios de las Terres de Lleida. Experiencias únicas con las que explorar los confines de las denominaciones Siurana, Garrigues, Terra Alta, Baix Ebre-Montsià y Empordà.
· Te lo pasarás bien
Empezamos la lista con una razón de peso y la terminamos con una no menos importante. Porque la vida desde una mesa plagada de buena comida, buen vino y en compañía de la gente elegida, es mucho más bonita. En Cataluña puedes vivir experiencias que son chutes de felicidad: comerte un pescado a la brasa en la Costa Brava o un queso artesano en una masía, también mejillones y ostras en los viveros cercanos al Delta del Ebro saborear licores con aromas silvestres, etc. En definitiva, ser feliz, descubrir, aprender, compartir y pasarlo bien. En Cataluña es posible.
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