Condimento indispensable para hamburguesas, perritos calientes y/o patatas fritas, la mostaza ha sido uno de los aderezos más adorados en todos los continentes. Sirvió durante muchísimos años como medicina para los griegos, pero también como un aderezo para los romanos.
Aunque en Inglaterra se encuentre la más aromática y encendida, encontramos una gran cantidad de variantes como la francesa de Dijon, la de grano, elaborada con semillas enteras y, entre otras, la americana, con un sabor mucho más suave.
Hoy, queremos proponerte el reto de prepararla en casa. Se necesitan unos días de preparación, pero la receta en sí, que podrás encontrarla en el libro La comida picante del mundo. Dónde encontrarla y cómo prepararla, de Lonely Planet, no tiene mucho misterio. ¿Lo bueno? Que te permitirá jugar con los ingredientes y con la intensidad, dependiendo de tus gustos. ¿Comenzamos?
Ingredientes:
- 125 g de granos de mostaza marrón
- 30 g de granos de mostaza amarilla
- 275 ml de vinagre de vino blanco
- 250 ml de cerveza
- 125 g de mostaza en polvo
- 250 ml de agua fría
- 1 cucharadita de azúcar
- 1 cucharadita de sal
Modo de preparación:
Lo primero que debemos hacer es mezclar los granos de todas las mostazas, el vinagre y la cerveza en un cuenco. Tapas y dejar reposar durante 48 horas, sin necesidad de poner la mezcla en frío.
Trasladar la mezcla a una batidora y agregar los ingredientes restantes. Triturar durante unos cinco minutos aproximadamente hasta conseguir una pasta suave.
Verter en un frasco de cristal, cerrar y refrigerar durante unas 3-4 semanas para que se desarrollen los sabores.