Los españoles somos gente de costumbres, de tomarnos nuestro aperitivo antes de comer, y si puede ser con una tapita, y, también, de merendar. Somos poco de invertir mucho tiempo en grandes elaboraciones para el desayuno, pero cuando nos apetece algo, y mucho, no dudamos en invertir tiempo extra en ello.
Por eso motivo hoy hemos querido meternos en la cocina para elaborar un postre (desayuno o merienda, todo vale) para ese día en el que lo único que quieres es algo rico, dulce y para recordar. Así que toma nota de esta receta que nos regala Sue Quinn del libro ‘Sin azúcar: 65 recetas naturalmente dulces’, para darle a este día un toque de dulzor saludable.
Ingredientes:
- 4 manzanas rojas picadas con la piel
- 8 ciruelas maduras picadas
- 700 ml de zumo de uva roja o blanca
- 120 g de copos de quinoa
- 120 g de copos de avena
- Cáscara rallada de 2 naranjas
- 2 cucharaditas de pimienta de Jamaica
- 2 cucharaditas de jengibre fresco rallado
- 2 cucharaditas de canela molida
- 89 g de nueces de pacana picadas
- ¼ de cucharadita de sal
- 6 cucharadas soperas de mantequilla dulce
- Nata montada para servir
Modo de preparación:
Precalentar el horno a 180 °C y recubrir una plaza de horno con papel vegetal. Poner las frutas y el zumo de uva en una cazuela y hacer a fuego lento, removiendo de vez en cuando, hasta que las frutas estén tiernas. Escurrir y reservar el zumo.
Mezclar los copos de quinoa y de avena, la cáscara de naranja, las especias, las nueces de pacana y la sal en una ensaladera.
Derretir la mantequilla en una sartén grande y añadir la mezcla de quinoa. Rehogar hasta que la mantequilla se absorba y la preparación comience a caramelizar. Añadir 180 ml de zumo de frutas reservado y remover sin cesar hasta que se haya absorbido.
Extender la preparación en la placa y hornear 5 minutos, o hasta que la preparación esté crujiente.
Repartir las frutas y el zumo reservado en boles y coronar con crumble.
Servir con nata montada.