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El mercado de La Boqueria es un laberinto de casi 3.000 metros cuadrados a lo largo de los cuales se ubican más de 200 puestos que ofrecen todo tipo de productos. Pero el establecimiento más célebre y concurrido de todos, ha sido durante años, el bar Pinotxo, que se encontraba justo delante de la entrada principal del famoso mercado de Las Ramblas de Barcelona. Su alma máter se llamaba Joan Bayen (Barcelona, 1934), popularmente conocido como ‘Juanito’. Siempre con una sonrisa en los labios, nos ha cautivado a todos los que le conocíamos, pero ayer martes 11 de abril se apagó esa alegría al fallecer a los 88 años por causas naturales en un centro hospitalario de la Ciudad Condal, y a tres días de la presentación del libro La Boqueria de Juanito, (editorial Genco) un homenaje sobre su figura y la historia de su bar. La presentación se iba a hacer en el mercado y, por ahora, queda parada a la espera de saber las decisiones que tome la familia.
Más de siete décadas al frente de Pinotxo
Pero, ¿quién era este hombre tan carismático que aparecía en todas las guías turísticas del mundo que hablaban de la capital catalana, y que regentaba hasta diciembre de 2022 el legendario bar que había traspasado a otro empresario de La Boqueria, titular de varios negocios en La Rambla? Su historia es la de La Boqueria. Con tan sólo 7 años entró en el negocio familiar, un modesto restaurante regentado por su madre, Catalina, y su hermana María, en la otra esquina del mercado donde se encontraba el restaurante La Garduña, que ofrecía los mejores estofados de ternera del mercado. ‘Juanito’ las ayudaba al salir del colegio, repartiendo por los puestos cafés con leche y bocadillos; y pocos años después poniéndose detrás de la barra.
En estos años cambiaron cuatro veces de ubicación hasta que se asentaron definitivamente en el lugar que ocupaba hasta ahora. Los clientes le vieron crecer al lado de su querida mascota, un perro llamado Pinotxo. Bayen, me explicó hace unos años cómo surgió el nombre de Pinotxo: “Una pescadera de La Boqueria, amiga de la familia, me regaló un perro el mismo año que se estrenó la película ‘Pinocho’ de Walt Disney, y como me gustaba mucho ese personaje, pensé que sería un bonito nombre para mi mascota”. A partir de ahí, la gente empezó a decir: “Vamos al bar donde tienen ese perro tan majo que se llama Pinotxo”.
Al pie del cañón
Siempre detrás de la barra, Bayen se caracterizaba por llevar unos llamativos chalecos (tenía 12) haciendo juego con su pajarita correspondiente. Y es que el sentido del humor nunca le ha faltado a este personaje tan querido del mercado de La Boqueria que, todos los días se levantaba a las 4:00 de la mañana, y a las 6:00 alzaba puntualmente la persiana del negocio. Todos los productos de Pinotxo eran de alta calidad y frescos del día. Destacaban una abundante variedad de tapas y platos exquisitos de la tierra. Los garbanzos con morcilla o con legumbres, los chipirones salteados con judías de Santa Pau, el rape al vermut, su “cap i pota”, las costillas de cordero rebozadas o sus esqueixada de bacalao, eran insuperables y para chuparse los dedos.
Los Stones y los grandes chefs, entre sus clientes
La barra del Pinotxo, una institución gastronómica en La Boqueria, era un lugar frecuentado por políticos, empresarios, actores, escritores, músicos. “Mira, hace unos años, me pasó algo muy curioso. Una mañana, vinieron dos clientes con pinta de pordioseros y pidieron varias cosas para comer. A los dos minutos, vino una chica del mercado muy nerviosa, y me dice: ‘Juanito’, ¡que esos dos son de los Rolling Stones! Empezó a venir gente… ¡no veas cómo se puso! Al verse reconocidos, pagaron y se fueron”.
Pero Pinotxo también era un sitio obligado para los grandes chefs de la cocina española, y con todos ellos, ‘Juanito’ tenía un vínculo muy especial desde hace años: A Juan Mari Arzak, le consideraba una gran persona por su manera de ser y por todo él en general; sobre Ferran Adrià, del que era un gran amigo desde hacía años, opinaba que era el más grande; de los hermanos Roca, pensaba que eran una gente muy maja y una familia sensacional, y a los que no se les ha subido nada la fama; y sobre Carles Gaig, que era único.
Portador de la antorcha Olímpica
‘Juanito’ combinó la restauración con otra pasión: el deporte. Corrió las primeras 18 maratones de Barcelona, y la de Nueva York, e incluso fue uno de los encargados de portar la antorcha Olímpica del 1992 desde Colón a la Plaza Cataluña. También fue reconocido en febrero del 2015 por parte del Ayuntamiento de la Ciudad Condal, con el Premio de Barcelona de gastronomía en reconocimiento a la dedicación, el amor y la simpatía que ofrecía diariamente en su emblemático bar.
La Boqueria homenajeará a su personaje más ilustre
Jordi Mas, presidente de la Junta de Comerciantes del Mercado de la Boqueria, ha recordado la imagen de Bayen y de lo unido que estaba a Barcelona. ‘Juanito’ ha sido nuestro influencer del s. XXI. El líder y el ejemplo del mercado, porque simbolizaba la grandeza de la Boqueria, y siempre estaba con una sonrisa. Pinotxo –prosigue Mas- sólo ha habido uno, y a nosotros nos hubiera gustado tenerlo siempre”. En los próximos días, desde el Mercado de La Boqueria se llevaran a cabo diversos homenajes para poner en valor la figura del que ha sido su mejor embajador.
‘Juanito’, los que te hemos conocido y admirado, siempre te añoñaremos. D.E.P.