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Economía.- El sector pesquero europeo defiende la pesquería y el comercio legal de los tiburones

El sector pesquero europeo, representado por Europêche, organización en la que está integrada Cepesca, ha defendido en el Parlamento Europeo la pesquería y el comercio legal y sostenible tras la iniciativa ciudadana ‘Stop finning, Stop the trade’ respecto a la comercialización de aletas de tiburón, según informa en un comunicado.

El director general de Europêche, Daniel Voces, ha informado en la audiencia sobre la pesca europea de estas especies, aclarando conceptos y recordando que la flota de la Unión Europea «condena unánimemente» la práctica del ‘finning’ (cortar las aletas de los tiburones y arrojar los
cuerpos mutilados al mar) por parte de cualquier flota del mundo.

«Nosotros valoramos, comerciamos y comemos la carne de tiburón, especie de la que se aprovecha todo. De hecho, en todas las Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera (OROP), el ‘finning’ está estrictamente prohibido. Este es también el mandato dado por la ONU a todos los países», ha recalcado el director general de Europêche.

Para garantizar la gestión sostenible de los tiburones, sus pesquerías están «minuciosamente» reguladas por los diferentes países en sus aguas jurisdiccionales y por las OROP en todos los océanos.

Respecto al control del ‘finning’, desde 2013 todos los buques de la UE deben cumplir la política de aletas adheridas en las descargas de tiburón, es decir, todos los buques europeos deben descargar sus capturas de tiburones con las aletas adheridas al cuerpo. Esta regla de la UE debería respetarse por todas las flotas del mundo, según la flota europea.

La flota europea (España y Portugal) captura principalmente dos especies, la tintorera y el marrajo dientuso, sobre el que existe una prohibición de retención impuesta por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) en 2021 para el stock del norte y el año pasado se acordó una cuota para el stock del sur, que la UE, basándose en las normas de CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres)
ha reducido prácticamente a cero. Así, actualmente las capturas de marrajo dientuso en el océano Atlántico están prohibidas.

En cuanto al tiburón azul o tintorera, es la especie de escualo de mayor distribución geográfica y de rápido crecimiento. La información científica más reciente muestra que la población de esta especie
es abundante y goza de buena salud en todos los océanos. Así, los inspectores de pesca y también los comerciantes, pueden realizar fácilmente una identificación visual.

La mayoría de las capturas de tiburones de la flota europea en todos los océanos se transportan a Vigo (España) donde finalmente se separa la aleta del cuerpo. La carne se vende en muchos países de la UE, en América del Sur, Rusia y Ucrania (antes de la invasión), mientras que las aletas se envían a países asiáticos y Estados Unidos.

Según la FAO, las regulaciones más restrictivas del mercado en los distintos estados han provocado la reducción del comercio de aletas de tiburón. Así, por ejemplo, las ventas de aletas de marrajo dientuso han disminuido un 50% desde 2003. «La pesca de tiburones no sería rentable sin la venta de los cuerpos», según Voces.

Los ingresos que obtienen los pescadores por su comercialización representan alrededor del 60% del total, el 40% restante proviene de la
venta de las aletas y las aletas solo suponen el 5% del peso total del
tiburón.

Voces ha precisado el impacto que las medidas propuestas por esta iniciativa, ya que supondría prohibir una actividad económica perfectamente legal y sostenible en Europa, generaría graves consecuencias para las economías, sobre todo para la de Galicia, y consumidores tanto en Europa como en Asia, forzaría a trasladar el procesamiento y el comercio de las capturas europeas a países no pertenecientes a la UE, y la demanda asiática tendría que satisfacerse con aletas de otras flotas que operan con estándares más bajos.

De esta forma, el director general de Europêche considera que esta prohibición «no está justificada y no es una opción», por lo que propone potenciar la ciencia, la gestión, el control, la aplicación, la trazabilidad y la cooperación entre países y administraciones, además de implementar mejor las políticas porque «siempre hay margen de mejora».