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Tres activistas de Futuro Vegetal han irrumpido este martes en el restaurante de MasterChef y han derramado témperas en su salón principal para exigir el fin a las subvenciones a la agricultura y lograr un sistema alimentario basado en plantas. La acción de protesta, que los organizadores califican de «pacífica», ha comenzado cuando los comensales empezaban a disfrutar del menú ideado especialmente para San Valentín. Los activistas han manchado con témpera roja y negra el logo del programa de televisión, el suelo y las mesas vacías mientras uno de los participantes exigía «cambios urgentes para evitar hambrunas de una escala jamás vista debidas al caos climático».
Además, según informa Futuro Vegetal, en una esquina del salón principal, junto al reloj, símbolo del programa de La 1 de TVE, un activista ha colocado varias pegatinas con el mensaje «772 días para evitar el colapso climático» y ha reivindicado así la acción de una activista del grupo francés Dernière Rénovation, que el pasado junio interrumpió la semifinal de Roland Garrós con una camiseta que decía «nos quedan 1028 días».
Los activistas de Futuro Vegetal llevaban unos menús elaborados por ellos mismos acompañados por el cartel ‘Menú basado en plantas’ y un corazón. La organización reclama el fin a las subvenciones a la industria ganadera y que ese dinero se destine a emprender una transición agroalimentaria hacia un sistema ecológico basado en plantas.
«El sistema agroalimentario industrializado actual se expande a costa de la destrucción de ecosistemas que regulan el clima global. ¿Qué vamos a comer cuando el daño sea irreparable?» declaran desde el colectivo. Además, la asociación ha anunciado que no cesará en sus protestas hasta que no logre terminar con las subvenciones a la ganadería y que estas escalarán en intensidad en los próximos meses.
En concreto, han precisado que durante la próxima primavera realizarán una campaña de disrupción diaria en Madrid para lo que cuentan con casi un centenar de activistas que están dispuestos a ser detenidos. «Nos preguntamos hasta dónde está dispuesto a llegar este Gobierno para defender los intereses de la industria cárnica», ha declarado una de sus militantes.