Haz clic aquí para leer la versión en inglés.
Que de una crisis sale una oportunidad es algo de lo que Ana Brito (Madrid, 1990) puede hablar en primera persona. Las vivencias personales de la creadora de El Show de Briten le han hecho conocer por igual las cumbres y el subsuelo. Quizás es- tas experiencias son las que nos hacen encontrarnos enfrente a una persona inconformista, con una sensatez e inteligencia que brillan por sí mismas.
En 2020 fue despedida de su último trabajo por cuenta ajena y decidió utilizar las redes para lo que siempre había querido: hablar de lo que le dala gana con humor. Y voilà. Casi tres años después, con más de 270.000 seguidores en Instagram, la madrileña puede decir bien alto y claro que vive de hacer reír a los demás con el humor de lo cotidiano. Charlamos con ella sobre su ascenso en el panorama humorístico español en el bar La Cresta.
En su primera entrada del blog en 2013 decía: “Yo lo que pretendo es hablar de lo que me dé la gana, cuando me dé la gana y como me dé la gana con mucho humor y también con un poquito de mala leche”. En 2021, la revista FORBES, también de esta editorial, le incluye entre sus “100 Best Influencers”.
Es increíble, ¡qué chulo! Yo el blog lo empecé en 2008, al acabar la universidad en plena crisis económica, cuando, por supuesto, nadie me contrataba. Fue una vía de escape en un momento en el que estaba sin trabajo y me lo tomé como herramienta para entretener y en- tretenerme yo misma. Si lo pienso, es un poco como lo que me pasó después: sin ninguna pretensión cree el Show de Briten y ¡mira a dónde me ha llevado!
Pero llegar aquí no ha sido fácil. Aparte de arriesgar, se ha formado para poder vivir del humor. ¿Cómo ha sido este camino?
Es un camino en el que nunca dejas de aprender. Tengo que formarme constantemente, con cursos de guión e improvisación, escuchando podcasts para entender la industria y hacia donde quiero ir, o leyendo. Todo es formación y búsqueda constante de referentes. De aquí brotan las ideas y las decisiones que tomo.
¿Cuánto bebe el humor de la interpretación?
Muchísimo. Considero que enriquezco mucho los textos imitando: desde acentos, disfraces, personajes o cambio de voces. Me empapo de eso y me encanta verlo en otros cómicos. Siempre he estado creando personajes en mi entorno desde que soy pequeña, aunque, por supuesto, nunca pensé que viviría de ello, pero es algo que siempre me ha encantado.
¿Cómo se gestiona el éxito?
Todo es un proceso de aprendizaje y sigo sin creérmelo del todo porque, ¿qué es el éxito? El éxito consiste en ir alcanzando mis objetivos; soy una persona muy soñadora y muchos de ellos se están cumpliendo, pero soy muy poco conformista y siempre estoy buscando nuevos retos. Para mí, el éxito es estar en constante evolución.
¿Cuál es el techo de Ana Brito?
No me veo haciendo lo mismo toda la vida, me aburre la monotonía. Parte de mi personalidad es evolucionar y hacer cosas nuevas, por lo que no creo que haya un techo sino una evolución natural que todavía no sé dónde terminará, pero seguro que en algo diferente.
Ahora, además de El Show de Britten tiene un podcast compartido con Xuso Jones, Poco se habla! Ha hecho el ejercicio al revés que hacen los vocalis- tas de las bandas, ¿por qué?
Realmente fue algo muy orgánico, nos conocimos y fue una conexión muy inmediata. Lo vi muy claro desde el principio porque surgió de una forma muy natural. Nuestro podcast trae muchas sorpresas porque, normalmente, tendemos a tener ideas preconcebidas de alguien –tanto buenas como malas– y en estos formatos recibimos la lección de que no todo es lo que parece y que hay que aprender a no juzgar.
¿Cómo consiguen que se abran tanto los invitados?
Creo que tanto Xuso como yo tenemos el don de hacer sentir que la gente se sienta en casa, sabemos tratar a todo el mundo por igual y somos personas muy cercanas. Nunca partimos de la trayectoria del invitado sino vamos más a lo personal, a hablar como si fuéramos amigos y eso hace que la gente se sienta cómoda y nos adentremos en temas que jamás hubiéramos imaginado.
¿Por qué triunfa tanto el humor de lo cotidiano?
Hay que saber reírse de uno mismo y la gente tiende más al dramatismo que al humor en su día a día. Entonces, cuando se topan con este humor empatizan y se sienten identificados, es como una especie de liberación.
¿Sabe usted reírse de sí misma?
Absolutamente, todo el rato.
¿Qué le diría a su último jefe si le tuviera ahora mismo enfrente?
Siempre le vacilo. Cuando me dice que hagamos algo juntos le digo que ahora soy carísima (risas), pero nos llevamos genial.
¿Cree que la mujer, por fin, tiene el hueco que merecía dentro de la comedia?
Por supuesto. Las redes sociales han ayudado mucho a dar voz a gente con un talento natural, que no hubiera podido llegar al público sin estas plataformas. La gente consume lo que quiere ver, por lo que no me parece casualidad que hayan surgido tantas voces femeninas en los últimos tiempos. ¡Y ya era hora!
¿Se ha encontrado alguna puerta cerrada por ser mujer?
En mi caso no, pero es que yo no presto atención a las puertas cerradas sino a las oportunidades de las puertas abiertas. No todo es para todo el mundo, no pierdo el tiempo en “¿por qué no a mí?”. Creo que estamos en una industria donde podemos encontrar cada una su hueco, dónde más cómoda se sienta, y no por eso hay que sentirse peor que la otra.
¿De qué come el humor de Ana Brito?
Mi humor bebe mucho de contenido digital, aunque veo menos del que gustaría porque no me da la vida. También soy muy de los referentes americanos de toda la vida, los late night shows. El mundo del entretenimiento siempre me ha vuelto loca.
¿Es de las fijas del aperitivo?
No tengo la tradición porque en mi casa nunca se ha hecho, pero es una costumbre que me encanta adaptar con mis amigas que sí la practican y soy muy vermutera.
¿Qué le inspira más, una caña en Lavapiés o un pijo en Formentera?
Del pijo de Formentera ya he hablado mucho, por lo que nos vamos para Lavapiés de cabeza, a ver qué encontramos (risas).
Foto: Pablo Lorente.