Cuando Giacomo Giannotti llegó a Barcelona no tuvo que darle muchas vueltas a la decisión. “Me encantaba la ciudad, la luz, la gente. Llevaba demasiado tiempo en Londres sin ver el sol [risas]”. Dos años después, Giannotti abre las puertas de Paradiso, un lugar espectacular para el que no se ha escatimado en gastos. Ubicada en el Born de Barcelona (eterno núcleo hipster de la Ciudad Condal), es un oasis de madera que incluso cuenta con cámara secreta para aquellos invitados que ven en su privacidad el auténtico lujo. “Queremos que sea un sitio cómodo, elegante, agradable y que puedas pasarlo bien o charlar sin que nadie te moleste. Pero, sobre todo, queremos que disfruten nuestros cócteles” asegura Giannotti mientras echa mano de una botella de Tanqueray Bloomsbury para elaborar la receta que acompaña a estas líneas, en gran medida debido a sus marcadas notas de enebro de la Toscana (ya hemos dicho que aquí solo se usa lo mejor de lo mejor, y esta edición limitada basada en una receta de 1880 lo confirma). “El cóctel se llama Paradiso porque mis padres tienen una heladería con ese mismo nombre en Marina di Carrara. Ahí empecé a interesarme por todo este mundo y pasé gran parte de mi niñez: es mi sencillo homenaje” cuenta el hombre que en 2014 fue considerado uno de los siete mejores cocteleros del mundo. De Italia a Londres, donde trabajó en Eclipse Bar y Be at One, y de ahí a Barcelona, donde sorprendió en el W y el Ohla Hotel. Ahora, al mando de su propio barco, Giannotti parece haber encontrado el lugar donde lanzar el ancla: “Nos toca demostrar que podemos ofrecer a la ciudad algo que no tenía”, concluye.
©Xavi Torrez-Bacheta