El buttermilk o suero de leche siempre es una buena adición en repostería, especialmente en tortitas, tartas u otros pasteles. Su sabor a mantequilla y ligeramente acido hace que esas cookies de pepitas de chocolate estén extra buenas.
El proceso para hacer buttermilk es bastante sencillo pero hay una forma todavía más sencilla que te ayudará a evitar la grasa extra y un viaje extra al supermercado.
Si tienes una taza de medir de cristal, leche y vinagre o jugo de limón, ya tienes todo lo que necesitas.
Primero vierte una cucharada de vinagre (o zumo de limón) en el medidor y luego echa un vaso de leche. Déjalo reposar 5 minutos. Una vez hayas completado este proceso ya podrás disfrutar de este sustituto del buttermilk en tu repostería.
Si estás buscando la forma tradicional de hacer buttermilk es también muy sencillo y solo te llevará 10 minutos. Necesitarás una crema espesa y una jarra con tapa. Llena el recipiente a la mitad con crema y agítalo durante varios minutos hasta que veas que la crema está ganando consistencia y finalmente se vuelve amarillenta. Eso es la mantequilla, un líquido separado también estará presente. Eso es el buttermilk tradicional. Sepáralo y utilízalo en tu cocina. ¡No se te olvide utilizar la mantequilla que acabas de hacer!