5 Jotas lleva más de un siglo dedicándose al cerdo 100% ibérico, el icono por excelencia de la tradición.
Hay cosas que son difíciles de concebir porque nos rompen los esquemas. Del mismo modo, hay costumbres del buen comer que mejor ni tocarlas. Como la de incluir guisantes en la paella, hacer la tortilla de patatas con cebolla (aunque aquí hay debate) o cocer la pasta con aceite (con sal y agua es más que suficiente). ¿Y una Navidad sin un plato de jamón 100% ibérico? ¿O una cuesta de enero sin lo que sobró de Año Nuevo? Ni pensarlo. Pero siempre con calidad, oficio y dedicación, como caracteriza a la casa 5 Jotas. Ellos empezaron en 1879 con paciencia y la revolucionaria idea de conseguir el jamón de bellota 100% ibérico perfecto. Desde entonces, esta institución del patrimonio nacional (y de Jabugo), ha conseguido las condiciones excepcionales para lograrlo. Todo empezó con Rafael Sánchez Romero y el buen hacer de Manuel Romero, un ganadero y Enrique Carvajal, experto en comercialización y distribución. Un siglo después, su historia sigue inclinándose hacia la balanza del éxito gracias al peso de sus jamones. Dos hectáreas por cerdo (de raza pura y cien por ciento ibérico) en dehesas centenarias y las bellotas más suculentas de la temporada son lo único que necesitan porqueros, perfiladores, maestros bodegueros y cortadores para mimar, sin prisas y con calma, esos productos que por más que digan, solo pueden hacernos mucho pero que mucho bien (cincojotas.com).