Una vez más rompemos los moldes y abandonamos la idea de identificar la fruta con los postres y las meriendas. Buscamos las formas más sensatas y ricas de juntar fruta con alimentos salados.
Vamos a aventurarnos a afirmar que ciertas frutas están mejor acompañadas de otros alimentos dentro de un plato que cogidas directamente del frutero o de la nevera. Y ahora mismos nos estamos refiriendo a los arándanos, los mismos que tienen tantos paladares amigos como enemigos por su fuerte sabor, su textura en boca o su poca consistencia cuando los partimos por la mitad.
Por eso (y porque nos da rabia que no disfrutes de sus beneficios y sabor) te decimos las mejores formas de combinar los arándanos con otros alimentos.
Si pensamos en fruta (dejando a un lado su presencia en postres y meriendas) lo primero que se nos viene a la cabeza es un plato de carne. Y nos parece perfecto porque la carne y las frutas ligan perfectamente. Un asado de carne con frutos como guarnición, por ejemplo arándanos, y una cantidad justa de pasas puede ser un plato para sorprender al personal.
Lo mismo podemos decir del pescado si sabemos qué ingredientes elegir para acompañar un lomo de merluza, una pescadilla al horno o una lubina a la plancha. Se nos ocurre una salsa ligera reducida de naranja o mandarina, también mango, y unos arándanos abiertos por la mitad y salteados.
Esta fruta también vale para hacer rellenos; y encuentra su principal compañero en el pollo o pavo relleno: arándanos, pasas, frutos rojos y pimientos puede ser una armoniosa combinación.
Si no queremos masticar el arándanos, probemos a ligarlo en salsa. Una salsa de vino tinto y arándanos, pasados por la batidora, te alegrará la carne o el pescado que tengas en el plato.
¿Podemos comerlos en el desayuno? Deberíamos. Cereales y arándonos con yogur puede ser la dosis de energía que te falta y hasta ahora desconocías.