Podrá gustar más o menos, pero nadie puede negar que el cronut (esa bomba calórica mitad donut, mitad croissant) fue el invento del año en 2013. Si no, que se lo digan a la revista Time y, ya de paso, a su creador, el chef Dominique Ansel. Cualquiera podría pensar que ese hitazo hecho postre (quién dice postre dice desayuno, merienda y cena) podría pasar a la historia como un one hit wonder, un visto y no visto. Pero el secreto en los fogones está en reinventarse, cosa que Ansel ha logrado con U.P. (Unlimited Posibilities / “Posibilidades Ilimitadas”), una mesa diseñada por AvroKO que, situada en la segunda planta de la sede neoyorquina de su pastelería, Dominique Ansel Kitchen, desciende del techo directa a la cocina. En ella sirve un menú degustación de ocho postres combinados con cócteles: “Nuestra meta no es solo centrarnos en los ingredientes y en el sabor, sino en las emociones detrás de los platos. Las ‘primeras veces’ tienen un significado para las personas, y lo curioso es que casi siempre esos recuerdos guardan una estrecha relación con un postre”, detalla Ansel. El menú y el coctelero cambiarán dos veces al año y, para esta primera vez, la inspiración fluye gracias a ese primer beso de frambuesa, menta fresca y crema de vainilla; o al primer baile, ese que sabe a fresas de bosque, mascarpone, yuzu y a creaciones líquidas del mixólogo Don Lee, como el ron cola de palomitas de mantequilla o a una stout de chocolate. Las primeras veces nunca fueron tan dulces.
©Evan Sung