No cabe duda a nivel gastronómico y nutricional: el brócoli es una de las verduras más sanas y la que más combinaciones admite a la hora de una buena presentación en mesa y mantel. Por eso, ya que del brócoli nos comemos hasta la cáscara que no tiene, vamos a ver las diferentes formas de emplatar esta verdura y quitar su gran losa: no es de las más atractivas al paladar.
Que si no está bueno. Que si mira qué color tiene y ese verde es sólo para las vacas. ¡Qué afortunadas serían las vacas! Pensamos nosotros. Sus tonalidades hacen que los cocineros puedan jugar con la presencia de esta verdura en un amplio abanico de platos, y los nutricionistas siempre estarán encantados de llevarnos un muerdo de brócoli a la boca.
¿A ti cómo te gusta comerlo? Si todavía no lo sabes o no tienes ninguna preferencia, léenos con atención.
Del brócoli nos lo comemos todo
Qué duda cabe que su principal forma de encontrárnoslo en la mesa es en forma de cogollos hervidos al vapor con un poco de sal y aceite, siempre acompañando a otros alimentos como puré de patatas, arroz o pollo frito.
Del brócoli nos lo comemos todo
Podemos utilizar esta verdura para desintoxicarnos y depurar nuestro organismo después de un fin de semana de excesos. Un caldo de apio y brócoli con puerros y pan en la cobertura nos hará sentir más ligeros.
Del brócoli nos lo comemos todo
También podemos reforzar un plato de suculenta y típica pasta italiana, como pueda ser el caso de la lasaña. Dará un aspecto más colorido a la comida y aportará mayor número de nutrientes que si sólo añadimos tomate.
Del brócoli nos lo comemos todo
¿Magdalenas de brócoli? Sí, sobre todo para amantes de la fusión en un mismo alimento de notas dulces y saladas.
Del brócoli nos lo comemos todo
Pastel frío y salado de brócoli, zanahoria y sésamo a dos colores. Sólo tenemos que montar el plato como si fuera un bizcocho a capas y hornear para luego dejar enfriar y tomar como aperitivo.