Actualidad

Ni de animales ni de vegetales: así es la carne hecha de aire

Air Protein demuestra que es posible desarrollar carne a base de dióxido de carbono y microbios, mediante procesos fermentativos.

Cuando parecía que ya lo habíamos visto todo y que el mundo de los alimentos veganos y vegetarianos solo se basaba en la soja, los guisantes y los hongos, ahora llega la carne hecha del aire. El mundo sigue evolucionando, y con ello las propuestas más innovadoras para colaborar con un planeta mucho más sostenible.

La idea de la carne hecha del aire suena a locura pero lo cierto es que se basa en una idea antigua que surgió en la NASA. En la década del 60, mientras el programa Apollo se llevaba a cabo, surgió la inquietud sobre qué se podía hacer para alimentar a los astronautas en sus misiones de larga duración. Una de las ideas, en aquel momento, fue la combinación de microbios con dióxido de carbono (que se expira en el proceso de respiración) para elaborar alimentos.

Roasted Vegan Burger Patties made out of pea protei

Años después, dos científicos se han inspirado en esa idea para crear carne del aire. Tras años de investigaciones en la Universidad de Berkeley, Lisa Dyson y John Reed han dado en el clavo para colaborar con la sostenibilidad del planeta. El consumo de carne se ha vuelto masivo. Los chuletones y productos de origen animal requieren un sinfín de recursos naturales para ser producidos y llegar a nuestras mesas. Basado en esto, se ha innovado en alternativas que simulen a la carne y así, contrarrestar el impacto medioambiental que provoca su consumo.

Basados en la idea de la NASA y en alianza con Kiverdi, una empresa que ya usaba dióxido de carbono y microbios para desarrollar alternativas al aceite de palma, se creó Air Protein, una start up rompedora e innovadora que pretende hacer carne del aire o más bien del dióxido de carbono.

Así es como lo logran

El proceso que desarrollan en Air Protein es similar al que se usa para crear yogurt o vino. Se trata del cultivo de microbios en tanques fermentativos que posteriormente, serán nutridos por una combinación de oxígeno, dióxido de carbono, agua, minerales y nitrógeno. Como resultado, se obtiene una harina de color beige alta en proteínas y con una composición de aminoácidos muy parecida a la de la carne. Cuando se tiene la base lista, se recurre a diferentes técnicas culinarias que aportan la textura, el sabor y el aroma característicos de diferentes productos como la carne, el pollo o el pescado.

La carne de aire que ayuda al planeta

Los científicos afirman que el consumo de este producto reduciría en gran medida nuestra huella de carbono. El proceso que han diseñado utiliza 1,5 millones de veces menos tierra y hasta 15.000 veces menos cantidad de agua en comparación con el proceso convencional de producción de carne animal además, es negativo en carbono.

La start up ya ha recibido una inversión de 30 millones de dólares y continúan trabajando para lanzar sus novedosos productos.