La gastronomía española es muy rica y quienes son muy dulceros conocerán seguro todos los postres ricos que hay a lo largo y ancho de nuestro país. Por eso queremos acercarte un poco más a cinco que nos encanta y que nos parece que son más que representativos. Cuidado que vemos que empiezas a salivar.
Melocotón con vino. Aragón. Muy famoso es el melocotón de Calanda, que recibe de Denominación de Origen en 1999, y muy valorado el vino de toda la comunidad autónoma. De ahí que surgiera esta combinación tan exquisita. Muy fácil de cocinar pero costoso en el tiempo ya que es recomendable dejar macerar el melocotón en el vino al menos durante cuatro días.
Tarta de Santiago. Galicia. Es curioso porque se desconoce el origen de este postre. Se elabora con almendras, azúcar y huevos. Antiguamente se le llamaba Torta Real, Tarta de Almendra hasta que se quedó con el que hoy lo conocemos. La silueta de la cruz de Santiago la empezó a hacer una pastelería llamada Casa Mora en 1924. Y en 2006 este postre entró en el registro de Indicación Geográfica Protegida.
Quesada pasiega. Cantabria. Su origen está en la comarca cántabra de los Valles Pasiegos. Se elabora con leche de vaca cuajada, mantequilla, harina de trigo, huevos, azúcar, cáscara de limón y canela. Aparece en El Libro del Buen Amor de Arcipreste de Hita y también en el libro de cocina de Ruperto de Nola en 1529.
Crema catalana. Cataluña. A partir del postre típico se han elaborado cremas, licores, helados que simulan el mismo sabor. Se come en cualquier momento del año pero cuando realmente es típico es en el día de San José, el día del padre. Se elabora con leche, yemas de huevo, maicena, canela, corteza de limón y azúcar.
Paparajote. Murcia. Se trata de la masa con la que se envuelven hojas de limonero y se elabora con harina, huevo, azúcar y canela. Los árabes fueron los que lo introdujeron en Murcia y tradicionalmente se come el día de San José. No sobra decir ¡que la hoja no se come!