Situada en la céntrica calle de Doctor Esquerdo 51, y fundada e inaugurada por el rey Alfonso XIII, La Moderna Apicultura es un delicioso reducto vivo de esas tiendas con alma e historia, que además de alegrar y endulzar a los madrileños con miel de abejas durante más de cien años, lo hace resistiendo y dando personalidad a nuestra capital.
Hablamos con Aurora Jiménez, la reina de esta colmena.
¿Cómo nació la tienda?
Corría el año 1919, el país empezaba a avanzar pero no había nadie encargado de construir material apícola. Si querías construir una colmena utilizabas un cajón o te las arreglabas cómo podías. Alfonso XIII quería impulsar este sector, así que gente cercana a su entorno decidió hacer las maletas rumbo a EE.UU y compraron la patente de una colmena. El nombre comercial que eligieron fue “Perfección” y así era; higiénica, resistente y con muy buena manufactura.
¿Y el mural de la fachada?
En aquella época estaba de moda el modernismo y dio, de alguna forma, nombre a nuestra empresa: La Moderna Apicultura. El autor fue el arquitecto Secundino Zuazo y fue inaugurado por el rey Alfonso XIII. Fuimos mucho tiempo proveedores de la Casa Real.
Polen, propóleo… son productos maravillosos ¿No cree?
La miel, el polen y el propóleo ya tienen suficientes propiedades por sí mismas como para inventarte nuevas. Una persona que toma miel tiene mejor salud. Nunca pierde las vitaminas, es muy estable y es un alimento eterno siempre y cuando haya sido bien tratada. Hago un inciso: cuando hablo de miel me refiero a una que no ha sido sobrecalentada y, por supuesto, no ha sido tratada; en el momento que se la manipula deja de ser miel -será un jarabe u otra cosa-. La miel es muy buena ayudando a tus defensas. El propóleo es el antibiótico natural por excelencia, las abejas lo utilizan para mantener la colmena en buen estado y tener buena salud.
¿Es la miel un producto delicatessen?
La miel española es la mejor del mundo, es la que mejor se paga. Aunque es curioso que solo el 20% de la miel que se consume en nuestro país es española; las otras son más baratas y de peor calidad.
¿Cuántas clases del mieles tienen?
Ahora tenemos más de 25. Me gusta la miel de espliego, la de zarzamora, la de eucalipto; son mieles intensas y podrás notar los matices. Nada que ver la miel de azahar, con una de roble o castaño. Se nota en el color, en la textura, en la forma de cristalizar, en las propiedades y, cómo no, en el sabor.
¿Le preocupa el tema de las abejas?
Muchísimo. Las abejas son fundamentales a nivel polinización. Los apicultores me llaman diciendo: “Tenía 100 colmenas y ahora tengo 20”.
Los insecticidas neonicotinoides afectan a las abejas a nivel neurológico. Cuando salen a buscar polen, se pierden por el efecto de este veneno. Entonces no pueden volver a su colmena y mueren. Se está luchando mucho para que se prohíban esos pesticidas, pero detrás hay multinacionales que mueven el sistema alimentario global y no les interesa porque son baratos. ¿Te imaginas polinizar manualmente flor por flor? Es un tema serio.