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Visita (culinaria) express por Barcelona

La Ciudad Condal muchas veces se nos escapa de las recomendaciones de nuestra web por falta de cercanía a nuestras redacción pero ello no significa que no adoremos montarnos en el tren (o en el avión, dependiendo de quién nos ofrezca una buena oferta) para pegarnos un fin de semana lleno de sublimes placeres culinarios. Si el recorrido lo hacemos en menos de lo que canta un gallos los básicos que nunca faltan o los favoritos que siempre se repiten son fáciles de recordar y difíciles de no recomendar una y otra vez.

Preparen estómagos, hagan la maleta y vámonos directito a una de nuestras ciudades predilectas:

La primera parada es para un café, para espabilar el cuerpo y darle el poder necesario para el trajín que se viene encima. Si de cafés hablamos Satan’s Coffee Corner o Nomad Coffee son siempre a los que hay que recurrir sí o sí cuando se quiere hacer beber una taza de café hecha (y servida) como mandan los cánones.

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El desayuno en estos casos lo dejamos para los débiles, hoy hay que coger aviada y tirar directamente hacia el aperitivo y en Barcelona las opciones son casi casi infinitas. Morro Fi es uno de esos lugares que han revivido el poder del vermut a base de un buen diseño y un picoteo sencillo pero nada escaso de sabor. Su vermut negre acompañado de algunas de sus patatas con piparras, mejillones y salsa secreta o sus anchoas, navajas, boquerones… si es que aquí es para volverse loco y no saber como desengancharse al mundo encurtido.

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¿No te pilla cerca el que está en Consell de Cent, 171? Pues tienes Mitja Vida en Brusi, 39 y Dalt de Tot en Saragossa, 66 (y en este aprovecha, que tienen una carta de platos calientes y es una ofensa irse sin probar su bomba). Ya que estás por el barrio, vale la pena hacer una parada en la Bodega Josefa para comerse unas patatas bravas acompañadas de una iconografía country que te hará querer ponerte las botas y gritar ¡yiha!

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Otro concepto que gira alrededor del vermut que también se ha ganado los corazones de todos los que aprecian este brebaje tan típico es Casa Mariol. Y lo mejor de todo es que tiene varios puntos dónde beberlo. Su buque insignia está en Carrer del Rosselló, 442 y es el lugar para entrarle a un bocado más contundente con sus clotxes (como el de roast beef con rábano picante) pero también se sirve como el acompañante de honor de una señora paella en Martínez o con un icono de la gastronomía catalana como lo es el pan con tomate en el Bar Nou.

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¡Uy! que nos pilla el toro y llega la hora de comer. El Bar Mundial (Plaza Sant Agustí Vell, 1) es un mítico de la ciudad que lleva abierto desde 1925 y que entre una decoración que mantiene en alto el nombre del boxeo a base de patatas bravas, navajas, gambas y un encanto que es imposible de fotografiar (y publicar en redes sociales). O ¿qué tal pegarse un auténtico homenaje en Succulent? Tienes dos opciones, o irte a su taberna o a su casa de comidas. Sea como sea encontrarás que en ambos locales la especialidad es el pan y moja, una cocina que se toma su tiempo en ser elaborada y que recuerda al más puro sabor de casa (incluso sin que tu madre te haya cocinado un ceviche de gamba roja en su vida). Sublime, lo que encontrarás en cada plato es absolutamente sublime. ¿Otro clasicazo? El Bar La Plata, fundado en 1945 y sirviendo esas mismas cuatro tapas (pescadito frito, montaditos de anchoas y butifarra y ensalada de tomate con cebolla y olivas) con las que se fundó. 70 años acaba de cumplir y seguramente le quedan muchos más por delante. ¡Qué viva La Plata!

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Después del paseo para bajar la comida (y la bebida) el cuerpo pide más, pide un poquito de fiesta y para qué negársela. El lugar para beber bien y pasarlo aún mejor haciéndolo es el Caribbean Bar (c/de les Sitges, 5). Aquí solo queda ponerse en las manos de Juanjo y dejar que trabaje su magia en cada uno de los cocktails que inundan su carta. No solo borda cada una de sus creaciones sino que el encanto de este bar es tan grande que es imposible lograr levantarse y salir por la puerta, así que cuidado.

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Hora de irse a descansar y en esta ocasión el lugar más indicado para hacerlo es el Generator Hostel. El nombre engaña porque no es un hostal al uso. Aquí también existe la opción de reservar una habitación privada con unas maravillosas vistas de la ciudad (¡y terrazón!). Situado en pleno barrio de Gracia este hostal no tiene nada que envidiarle a un hotel, de hecho, sería todo lo contrario. El ambiente que se respira es juvenil y repleto de energía, aunque sus clientes van desde los mochileros que van de paso hasta familias que confían en Generator para alojarse un par de semanas y disfrutar de Barcelona a fondo. Cuenta con libería, lounge, wifi y una extensa variedad de eventos para matar el aburrimiento: música en vivo, djs, billares, futbolín y una cafetería que mata el gusanillo a todas horas. Hablando de comer, ¿ya hay hambre no? Pues baja al lobby, cruza la calle y recurre al ‘quita munchies’ por excelencia unos buenos tacos a Pikio Taco… y micheladas, nachos, margaritas…

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