Es uno de los platos más típicos de la cocina italiana. Y aunque no tenga mucho misterio ni sea necesario ir a Harvard para saber elaborarlo -si resumimos mucho se trata de ponerle una loncha a un filete de ternera, así de simple- es una receta realmente agradecida por el paladar.
La calve del saltimbocca es la salvia fresca, la mantequilla y el vino blanco seco que lo acompaña. Una combinación de elementos que lo convierten en pura genialidad y que descubrimos de la mano de la editorial Phaidon y su libro ‘Pasta’.
Ingredientes (para 4 personas):
- 100 g de lonchas de jamón serrano, cortadas por la mitad
- 500 g de escalopes de ternera
- 8-10 hojas de salvia fresca
- 50 g de mantequilla
- 100 ml de vino blanco seco
- Sal
Modo de preparación:
Pon una loncha de jamón sobre cada escalope, coloca una hoja de salvia encima y fíjalas con un palillo.
Funde la mantequilla en una sartén y fríe la ternera a fuego vivo, por ambos lados, hasta que se dore. Añade sal, vierte el vino y prosigue con la cocción hasta que se evapore. Retira el palillo y… violà.