Nueva York a través de las mejores coctelerías clandestinas

Algunas de sus entradas están tan escondidas que ni el cartero sería capaz de llamar una sola vez. De hecho, encontrarlos a la primera no suele ser tarea fácil, sino más bien lo contrario, una auténtica yincana que ni con la ayuda de Google Maps. Sobre todo en una ciudad tan poblada y con tantos establecimientos como la de Nueva York.

Están “camuflados”, bueno, algunos más que otros, pero es ahí donde radica su encanto. Tradicionalmente a estos locales y bares clandestinos, se les llamó speakeasy, que traducido al español significa hablar bajito. En ellos se vendían bebidas alcohólicas y combinados durante la Ley Seca (1920-1933) en Estados Unidos, que prohibía cualquier tipo de comercialización y consumo, por lo que era imprescindible no hacer ruido o hablar alto para evitar así que la policía los descubriera y acabara con ellos.

Hoy se han ido extendiendo a lo largo y ancho del mundo pero Nueva York sigue siendo la ciudad con más encanto en la que dejarte seducir por un buen trago.

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The Campbell Apartment

Situado en Grand Central Station, The Campbell Apartment fue, durante los años veinte, la oficina de John W. Campbell, un magnate del ferrocarril.

Posteriormente se convirtió en el templo perfecto para aquellos empresarios que necesitaban un trago para desconectar de la rutina laboral. De ahí a que naciese el afterwork.

Con casi 100 años de historia y una estética clásica muy bien cuidada se ha posicionado como uno de los mejores establecimientos de Nueva York. Tal ha sido su fama que hasta ha protagonizado más de un capítulo en la exitosa serie de Mad Men.

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Apothéke

Pensar que Chinatown puede albergar algún bar clandestino es algo que uno no se plantearía, al menos hoy en día. Sin embargo existe un local de moda escondido en una de sus callejuelas. De primeras será prácticamente imposible que lo veas ya que antes de hacer nada, tendrás que entrar en el restaurante Gold Flower Restaurant, que es donde está ubicado. Bueno, concretamente en la parte de atrás. Un pequeño cartel con la palabra “Chemist” será el que te guíe a este speakeasy que simula una antigua farmacia. Allí, los camareros te recibirán con batas blancas y una carta de cócteles con nombre de medicamento.

¿Recomendación? Los miércoles se celebra el Prohibition Day con actuaciones de jazz en vivo y en directo. Sin embargo, para poder entrar tendrás que escribir al local que te proporcionará una contraseña. Toda una experiencia.

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The NoMAd Bar

Aunque el restaurante es de lo mejor que tiene el hotel, la zona del bar merece, y mucho, la pena. Decorada como una clásica taberna antigua, ofrece un programa de bebidas creado por el galardonado director del bar Leo Robitschek (junto a su equipo han participado en varias ediciones del festival Tales of the Cocktail Spirited Awards, en el James Beard Award for Outstanding Bar Program y han quedado en el puesto número 14 de la prestigiosa World’s 50 Best Bar List), en el que homenajea a la coctelería clásica y, también, a la moderna con combinados a base de licores poco comunes.

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Please Don’t Tell (PDT)

Al igual que ocurre en Apothéke, Please Don’t Tell también se encuentra ubicado en la parte trasera de un restaurante. Pero en este caso, éste está especializado exclusivamente en salchichas. Se llama Crift Dogs y para poder entrar tendrás que dirigirte a una cabina que hay al fondo de un local y marcar el “1” para que te den permiso.

El local es un poco tétrico ya que en sus paredes cuelgan cabezas de animales disecados. Pero que eso no te frene. Tu a lo tuyo y a los cócteles creados por el maestro Jim Meehan donde triunfan exquisiteces como el Cardinal o el Old Fashioned, típico durante la época.

©Eater

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Clover Club

Si existe una palabra que defina este bar, esa sería acogedora.

Una coctelería clásica situada en el concurrido barrio de Brooklyn donde poder escuchar jazz en vivo y en directo mientras disfrutas del calor de la chimenea y con un gin fizz o Meet me in Montauk 13 en mano. Un cóctel a base de ginebra (si es Seagram’s GIN mucho mejor), mandarinas, limón, champagne y Chartreuse amarillo.

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Death & Co.

Se inauguró en el año 2006\\/2007 y rápidamente se convirtió en una institución que se hizo pocos años más tarde con el Best American Cocktail Bar y World’s Best Cocktail Menu en el festival Tales of the Cocktail Spirited Awards de EE.UU.

Está situado en el Lower East Side y todavía funciona como en la época de la prohibición ya que aún buscándolo con un mapa, si nadie te dice en que lugar está, será poco probable que lo encuentres. La entrada está prácticamente oscura, sin nombre. Pero encontrarás fuera al portero. Él será quien te indique si hay o no sitio. Si el bar está lleno te pedirá el número de teléfono y él te llamará para avisarte de la disponibilidad.