Nombres propios

Morder a Merkel, un dulce placer

El equipo de Phil Goods dabía que un perfil así sería fácil de recordar… Otra cosa es que todos lo traguen.

El día que Angela Merkel reconoció que había logrado perder peso, el día en el que alejó de su rutina alimenticia las salchichas y las galletas… no imaginó que muy cerca había alguien ideando una genialidad. Tan sencillo y tan efectista como un molde para convertirla en lo que ella misma había dejado de disfrutar, o lo que es lo mismo, para que el resto del mundo engordase feliz mordisqueando a la canciller. En realidad, la empresa Phil Goods ya tenía experiencia en este asunto, pues en su ‘cartera’ de moldes de repostería ya se encontraban, entre otros, Mozart, Wagner o Beethoven. Pero el éxito entre mitómanos de todo el mundo les ha llegado cambiando la música clásica por el tantas veces desafinado ámbito político. Por el placer de morder a Merkel (phil-goods.com).