Lifestyle

Maridando el habano con elegancia

Cualquier momento, por sencillo que sea, se convierte en extraordinario en compañía de Quai d’Orsay No. 54 y una copa de vino blanco.

Los aficionados al mundo del habano disfrutan maridando sus vitolas preferidas de formas diferentes, pero siempre con la elegancia como premisa. Así, cuando encienden un Quai d’Orsay No. 54, se dejan embriagar por los sabores suaves y sofisticados de este habano, que casan a la perfección con un vino blanco rico en matices, porque la uva blanca destaca por la delicadeza, por los matices florales y por las notas de fruta blanca –o, en algunos casos, tropical–. Acompañado de este habano inconfundible, el aperitivo será un momento de puro disfrute.

Quai d’Orsay es una marca joven dentro del vitolario de Habanos, establecida en 1973 exclusivamente para el mercado francés. Su nombre proviene de la famosa avenida de París, situada al borde del Sena, donde la compañía distribuidora de entonces tenía sus oficinas. Durante más de 40 años Quai d’Orsay se ha mantenido como una joya discreta en el portafolio de Habanos, accesible solo para los expertos del mercado francés.

Así fue hasta que la marca comenzó una nueva etapa con los lanzamientos de dos nuevas vitolas que se estrenaron con una novedosa imagen y con una distribución internacional a los diferentes mercados: Quai d’Orsay No. 50 y Quai d’Orsay No. 54. Este último sigue siendo la vitola de cepo más grueso (54) en el portafolio estándar de la marca. Con sus 135 mm de longitud aporta una fumada de fortaleza suave, con notas amaderadas, especiadas y recuerdos a pimienta, frutos secos y miel que se verán realzadas con el vino blanco.