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Latinoamérica y Japón son la inspiración de Chow-Chow, el nuevo restaurante del grupo Rantanplan

Tras haber conquistado al público madrileño con Teckel y Pointer, un nuevo restaurante se une a la manada  del grupo hostelero de ambos locales.

Se llama Chow-Chow y acaba de abrir sus puertas en el número 55 de la Avenida Concha Espina, justo al lado de Teckel. Se trata de un nuevo local que, como su propio nombre, ofrecerá una fusión de sabores japoneses y procedentes de la gastronomía peruana, mexicana, venezolana y brasileña. Una propuesta multicultural que llega de la mano de Álex Moranda, un chef formado en Japón que ha podido beber del buen hacer de numerosos restaurantes alrededor del mundo como  Nobu (Londres), Kabuki o 99 Sushi Bar en Madrid.

“Con esta fusión de culturas gastronómicas tan diferentes queremos crear una experiencia culinaria en la que la mezcla de sabores y olores creen una atmósfera única y trasladen a nuestros comensales a ambas partes del mundo con cada bocado”, comenta Álex Moranda, quien lleva ya varios meses trabajando y constituyendo la carta de platos.

A través de Chow Chow, el comensal puede viajar por numerosos culturas a través de su paladar gracias a recetas como el trío de mini tacos de bogavante con mahonesa de tobiko y lima, de carrillera en mole poblano y sour cream y de salmón peruvian style; mini arepas de buey con salsa de rocoto y yuzu o el usuzukuri de hamachi, ponzu, jalapeño y cilantro. Ahora que si tenemos que destacar un plato es imprescindible probar el Konros, unas mini parrillas japonesas individuales acompañadas de carbón vegetal de bambú donde se cocinan platos como el foie con vieiras, salsa de hoba miso y hoja de magnolia japonesa.Tampoco faltan los nigiris y los rolls.

El diseño del restaurante ha corrido a cargo del estudio de interiorismo de María Villalón Puras, quien ya colaboró en los proyectos anteriores y que ahora se inspira en el país nipón, en su naturaleza y en elementos naturales como la madera, la piel o la piedra.