El próximo mes de junio abrirá en Helsingborg, una localidad sueca, el Museo de los Fracasos , que no es otra cosa que un centro de recopilación de las creaciones más disparatadas y, en este caso, fracasadas de la historia. O bien el público no estaba preparado para creaciones de este tipo o no resultaron nada funcionales para el día a día de las personas. El caso es que más de 80 productos fracasados miserablemente darán forma a la esencia de este curioso museo.
Entre los productos de mayor rechazo expuestos en el museo podremos encontrar una lasaña de carne que en los años 80 lanzó la marca dentífrica Colgate. Después de preguntarnos en qué estaría pensando esta pasta de dientes para lanzar algo así la mercado y pensar que podría tener éxito, nos hemos dado cuenta de que este engendro forma parte de una larga lista de creaciones sin lógica, como una Coca-Cola con sabor a café o un perfume con olor al cuero de Harley Davidson.
Esta idea de traer a la actualidad productos que en su día quedaron en el olvido es de Samuel West, un psicólogo que considera que el fracaso también puede ser espectacular y que lo políticamente correcto resulta, con frecuencia, arduamente aburrido.