El barrio de Chamberí tiene un nuevo inquilino. Se llama Narciso, llega a la capital con una inspiración de las brasseries clásicas centroeuropeas, tiene una cocina non stop y tiene un único objetivo: ofrecer una cocina para todos los días y todos los paladares.
Desde las ocho de la mañana hasta las dos de la madrugado tenemos todos una cita en la calle Almagro de Madrid para degustar la esencia gastronómica clásica de Narciso, una brasserie con ADN centroeuropeo que Mario Valles y el equipo de HORTENSIO nos ha instalado en primera fila del barrio de Chamberí.
Desayunos, tentempiés, comidas, meriendas y cenas se sirven en este local con una cocina que no para nunca de crear propuestas gastronómicas con una carta enfocada en el producto, siempre fresco, de temporada, y con guiños a la cocina clásica de Mario Valles, también muy en la línea de las brasseries de principios del siglo XX.
Una amplia variedad de productos que van desde las carnes, hasta los pescados y ensaladas para satisfacer a todo tipo de paladares, con propuestas para degustar entre horas y con una minuciosa carta de cócteles para un after work a pedir de boca.
Sin olvidar el lado más dulce de Narciso, a base de helados y postres con historia para disfrutar del auténtico sabor de la materia prima y la calidad del preparado artesanal.
Un espacio inspirado en las cafeterías de los hoteles del centro de Europa de los años 40, recreados al más puro estilo de los que persisten en París y Viena a día de hoy.